Una vez neutralizada la pandemia de coronavirus, la gran preocupación de las autoridades sanitarias de nuestro país y la provincia de Santa Fe es la rápida proliferación de los casos de dengue. Una enfermedad que se transmite a través de la picadura del mosquito Aedes aegypti y que puede afectar a personas de todas las edades, con síntomas que varían entre “una fiebre leve a una fiebre incapacitante, acompañada de dolor intenso de cabeza, dolor detrás de los ojos, dolor en músculos y articulaciones, y eritema”, según enumera la Organización Panamericana de la Salud, pero que puede progresar a otras formas más graves, con “choque, dificultad respiratoria y/o daño grave de órganos”, hasta desembocar en la muerte del paciente.

El dengue tiene un comportamiento estacionario, correspondiente a los meses más cálidos y lluviosos, y por ende esta primera etapa del año es la que presenta la mayor complicación para los países del hemisferio Sur. En Argentina, y particularmente en nuestra provincia y en Rosario, está pegando con dureza: en el departamento hay 1252 casos confirmados -la semana anterior eran 775-, de los cuales 1179 corresponden a personas que viven en la ciudad. Granadero Baigorria (25), Pérez (18), Funes (7) y Villa Gobernador Gálvez son las otras localidades de la región con más contagios.

Además, la cartera sanitaria confirmó que de un total de 14 internados hay 3 pacientes en terapia intensiva, 2 de ellos en el Hospital de Niños de la ciudad de Santa Fe y el restante en Rafaela, luego de que la semana pasada se produjera el primer fallecimiento por dengue, el de un hombre de 77 años oriundo de Reconquista.

Ante este escenario complejo, a la sociedad le surgen muchas preguntas que van desde qué hacer si aparecen los síntomas, por qué se habla de que las complicaciones más serias aparecen ante la reinfección hasta la incógnita de si habrá o no una vacuna que permita (como sucedió con el covid-19) bajar el número de infectados y evitar que corra riesgo nuestra vida.

A estas cuestiones respondió el infectólogo Ricardo Teijeiro, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología, quien dejó definiciones muy interesantes:


¿Cómo se determina si tengo dengue: hisopado o análisis de sangre?

El diagnóstico de la enfermedad, una vez que aparecen los síntomas, se hace a través de la sangre, con un estudio llamado serología. Esta es una diferencia con el Covid o la gripe, que sí se diagnostican a través de un hisopado nasal, porque allí se busca el virus.


¿Cómo reaccionamos si tenemos síntomas?

La reacción que debe tener todo el mundo, estando en Santa Fe o en cualquier lugar donde el dengue circule, si tenemos síntomas como fiebre, dolor muscular, de cabeza o diarrea, es concurrir al médico. Muy sencillo. No automedicarse, no tapar la sintomatología: el que debe decidir qué hacer es el médico: ni el farmacéutico, ni el verdulero ni el propio paciente.


¿Por qué la reinfección es la que genera complicaciones?

El cuerpo, una vez que ocurrió el primer contagio y transcurrió la enfermedad, genera anticuerpos exclusivos para esa cepa: si tuviste DENV-1, que es una de las cuatro cepas que existen además de DENV-2, DENV-3 Y DENV-4, estás protegido contra esa pero no contra las demás. Entonces, cuando tenés contacto con otra cepa, el organismo puede desarrollar una inmunidad que provoque un proceso inflamatorio más importante que el habitual, y ahí se pueden generar complicaciones. Por eso es importante la llegada de una vacuna que contemple las cuatro cepas, lo que te daría un nivel de protección alto para cualquier contacto que tengas con el virus.


¿Cualquier reinfección puede traerme complicaciones?

No. Y hay que ser muy claro con esto. Para tener complicaciones con la reinfección, vos te tenés que reinfectar con una cepa distinta a la que te infectó previamente. El dengue tiene cuatro cepas. Hoy en Argentina tenemos una sola en circulación, que es DENV-1. Por ende, no te vas a poder reinfectar con otra cepa. Ahora, si vos hace años te contagiaste con otra cepa, en otro momento y en cualquier lugar, y hoy te reinfectás con la actual, ahí sí puede ser un problema.


¿Qué tan probable es una reinfección?

Ya de por sí no es tan fácil la infección, y no es que te vas a infectar dos veces con cepas distintas, al menos no hoy. Y además, vale recordar que esta enfermedad no se transmite de persona en persona: tiene que haber un mosquito Aedes aegypti en el medio, que contacte con un paciente enfermo, que tenga el virus y vaya a picar a otro paciente y le transmita la enfermedad.


¿Cuál es la vacuna que está por aprobarse y cómo funciona?

Es una vacuna que está trayendo un laboratorio japonés, Takeda, que todavía no está aprobada en nuestro país aunque sí por la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos, agencia del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos) y será presentada en la Anmat (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica de nuestro país) en breve. No sé cuándo porque depende de los marcos regulatorios y del propio laboratorio, pero creo que para agosto o septiembre ya estaría presentada. Será importante porque sabremos que a fin de año y contaríamos con esa vacuna.


¿Protege contra todas las cepas?

Sí, esta vacuna protege contra todas las cepas, pero como toda vacuna, no es ciento por ciento efectiva. Sí es muy interesante su promedio de efectividad del 75%, más o menos. Esta vacuna sería imprescindible para la región, no sólo para Argentina: Brasil, Paraguay, Bolivia o Perú la están pasando peor. Y a estas enfermedades hay que mirarlas desde una perspectiva regional.


¿Es la única vacuna que hay en el mundo?

No. Hay otra vacuna francesa, desarrollada por la empresa Sanofi Pasteur, que ya fue autorizada en algunos países pero es exclusivamente para personas que ya hayan tenido una infección previa. Eso generó algunos inconvenientes: cuando te aplicabas la vacuna, ya al haber tenido la enfermedad, podías tener un efecto adverso importante por el efecto de la reinfección. Con la vacuna japonesa, eso se evita. La francesa está fuera de uso, porque acá lo primordial es evitar el primer contacto. Y si tenés un contacto, que no te genere ningún tipo de complicación.


¿Cómo se aplicaría la vacuna?

Eso lo va a determinar la Anmat. En general son dos dosis, a partir de los 9 meses de vida o el año de edad. Y aún no sabremos si demandará refuerzos. Hay que seguir estudiando a los pacientes, para saber si se necesitará algo más.

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Mientras la medicina y la ciencia hacen lo suyo, y los estados aportan con la fumigación y las campañas de concientización para no automedicarnos y concurrir al médico, nosotros podemos aportar lo nuestro: ya se ha escuchado varias veces que "si no hay mosquito, no hay dengue", por lo que a medida más importante de prevención es la eliminación de todos los criaderos de mosquitos: es decir, cualquier recipiente que contenga agua, tanto en el interior de las viviendas como en sus alrededores.