El uso de conexiones WiFi particulares se convirtió en una necesidad para todas aquellas personas que viven en las ciudades y, sobretodo, comenzaron a trabajar desde sus casas durante la pandemia. Disponer de un servicio de Internet estable y de alta velocidad es casi un requisito para evitar dolores de cabeza durante el horario laboral.

En ese marco, se hicieron mucho más evidentes los problemas de rendimiento en cuanto a conectividad, y con ellos aumentó la búsqueda de soluciones rápidas para poder seguir cumpliendo con diferentes tareas. Entre ellas, se destaca la de buscar la mejor ubicación para nuestro módem.

Para esto es importante entender que, independientemente del tipo de conexión que se tenga (en la banda de los 2,4 GHZ con un rango de 46 metros, o en la de 5,0 GHZ con uno de 15 metros) hay otros factores que pueden afectar la calidad del servicio.

Distancia y ubicación

Las redes de Wi-Fi se basan en la tecnología de radio, con la diferencia de que la primera usa frecuencias en el rango de las microondas, que son de un espectro electromagnético más alto.

Y lo que ocurre con todas las fuentes de ondas electromagnéticas es que cuanto más te alejes de la fuente, más débil es la señal. 

Además, esa reducción es exponencial, lo que significa que si a un metro la señal es óptima, a dos metros es una cuarta parte de lo fuerte que es a un metro, y a tres metros es una novena parte.

Por ende, lo mejor para que nuestros dispositivos estén siempre conectados y no presenten problemas es dejarlos lo más cerca posible del router, que debería estar ubicado en un lugar óptimo para garantizar una cobertura en toda la casa.

Dado que la señal del router se propaga en todas direcciones por igual, la forma de asegurarte que toda la casa recibe una buena cobertura es ponerlo en medio de ella, de tal manera que la distancia a cualquiera de las habitaciones sea similar y no haya ningún ambiente que quede más alejado de las ondas que el resto.

Obstáculos

Las frecuencias electromagnéticas utilizadas en las redes WiFi también pierden alcance con cualquier obstáculo físico, como el techo o las paredes de la casa. También se pueden generar interferencias con frecuencias similares, como las de un microondas o los televisores.

Por lo tanto, este es otro aspecto a tener en cuenta al momento de elegir en dónde poner nuestro router.

Antenas

En cuanto a la posición de las antenas, lo mejor no es dirigirlas en dirección al dispositivo desde el que nos estamos conectando, sino en perpendicular para que la onda que se forma llegue de manera óptima.

En el caso de querer cubrir varias plantas de la casa con un único router, es una buena idea inclinar una de las antenas (unos 45 grados aproximadamente) para que la señal llegue también arriba o abajo.