El cabello fino es naturalmente más delicado y vulnerable a los factores externos, y el invierno se convierte en una época bastante compleja en este aspecto. El frío, los cambios bruscos de temperatura entre la calle y los interiores calefaccionados sumados a la humedad ambiental, hacen que este tipo de pelo se vuelva más quebradizo, sin vida y propenso al frizz.

Cuidar el cabello fino en invierno

Una de las claves para mantenerlo sano es elegir un shampoo liviano pero nutritivo, idealmente sin sulfatos. Este tipo de fórmulas limpian sin resecar y aportan cuerpo desde la raíz. También conviene espaciar los lavados: si bien el pelo fino suele ensuciarse más rápido, lavarlo todos los días puede debilitarlo aún más.

Elegir un shampoo liviano pero nutritivo (terra.com)

Por otra parte, el uso del secador en invierno parece inevitable, pero hay maneras de hacerlo sin dañar la fibra capilar. Lo ideal es aplicar un protector térmico antes y secar a temperatura media, manteniendo cierta distancia del cuero cabelludo para evitar que se engrase rápidamente.

Además, no debe subestimarse el poder de los tratamientos livianos sin enjuague, como sprays voluminizadores o sérums con proteínas vegetales. Aportan nutrición sin apelmazar. Y, si el pelo pierde forma durante el día, los recogidos suaves (como una trenza baja o un rodete flojo) ayudan a mantenerlo bajo control sin tironearlo.

Tomar los recaudos necesarios para utilizar el secador de cabello, como el uso de protectores térmicos (femina.in)