Las mascarillas faciales son un producto cosmético que se emplea de manera puntual para complementar de forma sencilla el ritual de belleza diario. Para que los beneficios que ostentan sean realmente efectivos hay que buscar la que más se adecue a cada tipo de piel y que contenga los activos necesarios que ayuden a mejorar la dermis facial.

Cada ritual de belleza requiere su tiempo y técnica. Sobre todo en épocas como el invierno en las que la piel sufre los efectos del frío, el viento y la humedad. No hay excusa que valga para saltarse los pasos que, durante todo el año, se cumplen a raja tabla: masajes para que los sérmus y cremas penetren correctamente, la técnica adecuada para aplicar el autobronceador en el cuerpo o el momento perfecto para devolver el brillo a nuestro rostro.

 

Aunque muchas mujeres aprovechan las últimas horas del día para aplicarse la mascarilla y relajarse 15 minutos, lo cierto es que se considera que este ritual debería hacerse por la mañana; un cambio que esconde el secreto para conseguir un maquillaje infalible.

Si durante años apostaste por los domingos a la noche para cumplir con tus 15 minutos de mascarilla, a partir de ahora, preferirás hacerlo al levantarte. La preparación de la piel antes de aplicar la base es fundamental para que el resultado sea óptimo.

 

Por eso, además de eliminar las impurezas con la ayuda de un tónico, usar una mascarilla por la mañana mejora de forma visible el aspecto de la cara. Y es que, por la hidratación y las vitaminas que aportan al rostro, son los tratamientos perfectos, además de grandes aliados para acabar con los poros abiertos o las rojeces.

 

Una mascarilla para cada tipo de piel

 

Los beneficios para cada piel vienen determinados por los ingredientes activos de la mascarilla facial:

- Las pieles secas: deben utilizar una mascarilla hidratante.

- Las pieles acnéicas: para ellas está indicada una mascarilla purificante y calmante.

- Las pieles con rojeces: se benefician del uso de una mascarilla hidratante y calmante.

- Las pieles fotoenvejecidas: deben emplear una mascarilla con antioxidantes que iluminen e hidraten la piel.

- Las pieles con manchas: necesitan activos que unifiquen el tono de la piel.

 

Receta casera

 

La palta o aguacate es un fruto de pulpa verde rica en vitaminas, minerales, compuestos antioxidantes y ácidos grasos esenciales que hidratan la piel y apoyan la regeneración celular.

Esta mascarilla se usa en especial para tratar pieles secas, pero también se puede utilizar en mixtas.

Ingredientes:

- ½ palta madura

- 1 cucharada de aceite de oliva (25 g)

¿Cómo realizarla?

1- Triturá la pulpa de medio aguacate maduro y mezclalo con la cucharada de aceite de oliva.

2- Aplicate la pasta por todo el rostro y dejalo actuar de 20 a 30 minutos.

 

En la actualidad muchos centros de belleza y la misma industria cosmética ofrecen mascarillas diseñadas para la necesidad de cada piel y de toda persona. Sin embargo no se necesita invertir grandes sumas de dinero para aprovechar al máximo los beneficios que le aportan estas técnicas a la piel.

 

¡Tu piel te lo va a agradecer!