Si vivís en un departamento o en una casa pequeña no implica que tengas que resignar la posibilidad de tener tu espacio verde. Aprovechar cada metro cuadrado para diseñar tu jardín florido puede ser un desafío súper divertido para encarar la temporada que se avecina.

Los jardines verticales son muros vegetales en los que pueden crecer diferentes tipos de cultivos, que además, pueden ser montados tanto interiores como exteriores. El tipo de plantas que normalmente se utilizan para este tipo de jardines son de poco sustrato, mejor conocidas como plantas aéreas, como los musgos, líquenes, helechos, epifitas, bromelias y orquídeas. También podés usar plantas como crasulas, sedum, echeverrías o karanchoes porque son de bajo mantenimiento y aportan una textura particular. Y si te animás, hasta podrás tener tu propia huerta con aromáticas.

Existen varias técnicas para armar el jardín vertical como el sistema de bolsillos, a partir de un material poroso como un fieltro donde se coloca la tierra y las semillas, también están las estructuras armadas con palets de matera y la reutilización de botellas plásticas que hacen las veces de maceta y van suspendidas sobre una madera, entre otras. 

Entonces a la hora de montar el jardín vertical deberás considerar la resistencia de los materiales con los que vas a armar la estructura. Éstos deberán ser lo suficientemente fuertes como para sostener el peso de las plantas, que pueden estar o no en macetas. La altura también es un factor a tener en cuenta: si colocás tus plantas demasiado alto, te resultará difícil regarlas y cuidarlas. En caso de que no tengas otra alternativa, podés optar por un sistema de poleas.

¿Sabías que además de que son decorativas y estéticamente agradables, las paredes verdes aportan beneficios como recuperar oxígeno, atenuar los ruidos y limpiar el aire de smog? ¡No demores más la llegada de tu jardín vertical y recibí a la primavera a puro verde!