El quiet luxury dejó de ser solo un fenómeno del armario clásico para colarse en el athleisure, esa categoría híbrida que ya vive en la rutina diaria y entremezcla momentos de gimnasio, oficina remota y brunch de fin de semana. Ahora, la premisa es llevar el confort deportivo a su versión más sofisticada a través de cortes limpios, colores neutros, materiales de alta calidad y una estética atemporal que evita logos estridentes. La idea no es mostrar lujo, sino transmitirlo desde la calidad y la sobriedad.

Quiet luxury deportivo (pinterest.com)

Quiet luxury deportivo

Las zapatillas son el punto de partida de esta tendencia. Modelos minimalistas en cuero suave o malla premium, suelas discretas y paletas que van del blanco al beige pasando por los grises y verdes suaves. Se trata de piezas que podrían convivir tanto con un pantalón técnico como con sastrería relajada, y que apuestan más por la artesanía y el diseño depurado que por la exhibición de logos de grandes marcas.

Quiet luxury deportivo (italist.com)
Quiet luxury deportivo (faire.com)

Por otra parte, las telas también evolucionan. El típico tejido deportivo se combina con texturas nobles y terminaciones dignas del tailoring contemporáneo. En este aspecto, pueden disfrutarse desde leggings con costuras invisibles y estructuras que estilizan, buzos con caída impecable, chalecos inflables ultralivianos, hasta joggers que parecen pantalones casuales. Así, la comodidad se vuelve elegante sin esfuerzo.

Quiet luxury deportivo (hellomagazine.com)

Finalmente, la versatilidad es uno de los mayores logros de esta tendencia. Las prendas dialogan entre sí y funcionan en múltiples escenarios. Un crop top técnico, unas sneakers de cuero y una campera liviana pueden resolver un look desde la mañana hasta la noche sin perder pulcritud. Esta lógica quiet responde también al estilo de vida actual, donde la funcionalidad y el buen gusto conviven con una nueva búsqueda de autenticidad y calma visual.