Resveratrol, asi se llama el compuesto presente en las uvas y en productos derivados que actúa activando enzimas que retardan el envejecimiento y prolongan la vida celular. Se estima que tiene veinte veces más potencia antioxidante que la vitamina C y cincuenta veces más que la vitamina E. Además es rica en potasio, hierro, calcio, vitamina A, fibra, Omega 6 y Omega 3.

El vino tinto también contiene resveratrol, pero para que su ingesta sea significativa, deberíamos consumir grandes cantidades de vino, con las consecuencias del alcohol.

 

Cuando se habla de estos grandes beneficios, siempre se supone que la ingesta de harina de vino está acompañada de una vida saludable. Esto quiere decir que, si consumís una cucharadita de harina de vino y luego grandes cantidades de grasas saturadas y productos industrializados, no obtendrás los resultados mencionados anteriormente.

Con la harina de vino te vas a poner alegre pero no por el alcohol sino porque vas a mejorar tu calidad de vida. Este alimento, que aun no es muy conocido en el público masivo, tiene propiedades únicas y es considerado el mejor antioxidante que existe en la faz de la Tierra.

 

¿Qué es la harina de vino?

 

La harina de vino es un suplemento dietario que se elabora a base de los residuos sólidos de la vinificación artesanal. Estos "residuos" se secan en hornos a una temperatura de aproximadamente 40 grados o se dejan secar al aire libre. Luego se muele.

Esta harina tiene altas concentraciones de polifenoles (antioxidantes que posee la uva), por lo que ayuda a mejorar la circulación sanguínea, fortalecer los capilares, y demás virtudes.

 

¿Cómo la consumís?

 

La harina de vino se puede consumir regularmente y en pequeñas dosis, disuelta en jugos, licuados o cualquier tipo de refrescos naturales. La conseguís en dietéticas y, dato importante, fijate que sea orgánica para que esté exenta de agrotóxicos y pesticidas que evitan que el cuerpo pueda asimilar correctamente todos los nutrientes.

También se puede emplear como un ingrediente más en cualquier preparación culinaria. Por ejemplo: en panes, masitas, barras energéticas, pastas, quesos, etc. les aporta color púrpura y un sabor levemente ácido.

 

El pan de color violeta resulta muy llamativo para los niños, quienes lo comen gustosos. De esta manera, ganan todos los beneficios del vino tinto, pero sin riesgos para su salud.

 

¿Qué esperás para probarla?