El directorio de Vicentín convocó para el próximo 29 de abril a los accionistas del grupo a una asamblea general ordinaria y extraordinaria y lo que se resuelva sobre un punto de discusión aparentemente técnico tendrá decisiva influencia en el futuro de la empresa. 

“Medidas a adoptar en virtud de lo dispuesto por el art. 94 inc. 5 de la ley 19.550”, dice en el punto 9 de la convocatoria.

Ocurre que ese inciso -que estaba suspendido por la ley de Emergencia pero que tras vencer la norma el 31 de diciembre no fue renovado- dispone que todas las sociedades que tienen patrimonio negativo, como es el caso de Vicentín, deben aumentar el capital o entrar en disolución.

Y seguir operando en disolución tiene serias consecuencias: implica la responsabilidad patrimonial solidaria de los directores, y hasta en algunos casos se recurrió a los patrimonios de los accionistas. Y nadie pondrá el juego su patrimonio personal.

Según el último balance de Vicentín, cerrado a octubre del año pasado, la empresa tuvo un patrimonio neto negativo de 39 mil millones de pesos, bastante mayor a los 24 mil millones de pesos del ejercicio cerrado a octubre de 2019

Ante ese complicado panorama financiero, la asamblea de Vicentín tiene dos grandes alternativas: o los accionistas aportan capital (pueden ser inmuebles y otros bienes, además de dinero) o invitan a los acreedores a capitalizar sus acreencias, inaugurando así la tan prometida y anunciada mesa de reestructuración corporativa.

También pueden intentar una combinación entre aportes de accionistas y capitalización de los acreedores. Y lo importante es que la decisión que tomen en la asamblea marcará la real predisposición a desprenderse de la acciones.

En efecto, si los socios deciden no abrir mucho la billetera y optan por buscar que sean los acreedores los que capitalicen para equilibrar el patrimonio, con la deuda que tiene la compañía, la licuación de la participación accionaria de los actuales dueños sería de proporciones perdiendo totalmente el control y no sólo la mayoría. “Estarían como dejando las llaves de la empresa sobre la mesa”, reflexiona un habitual negociador de esta crisis corporativa.

Si por el contrario los accionistas deciden capitalizar la empresa, mostrarían que los socios están dispuestos a dar pelea a la hora de negociar cómo desprenderse de los activos. En rigor, esa es la línea que viene sosteniendo el directorio en su reciente raid mediático en la prensa porteña o en las señales que envía a los acreedores cuando deja trascender que no están dispuestos a ceder el total de las acciones por poco dinero. Pero el tema es que en la asamblea los accionistas deberán comprometer recursos propios si quieren mantener las negociaciones bajo su ritmo.

Acreedores suman respaldo

Agri Liquid Solutions Argentina (ALS), con base en el norte bonaerense, tomó notoriedad en el caso de Vicentín cuando en el arranque de la convocatoria lanzó una novedosa alternativa para la venta de sus productos: tomar en parte de pago acreencias de Vicentín convirtiéndose en un acreedor de gran relevancia.

La novedad es que ALS se sumó a la propuesta de un grupo de 70 acreedores granarios, encabezados por Grassi S.A para tomar las riendas de la caída Vicentín.La única alternativa posible es que el directorio se corra y en este sentido la propuesta de Grassi es lo más viable”, respondieron desde el directorio ante la consulta de Rosario3.

Para la empresa, un punto clave para el éxito de esta iniciativa es el respaldo del Banco Nación. “En esta propuesta también ganan los accionistas, donde (de acuerdo a los resultados que se generen) también se aseguran un valor para sus acciones”, agregaron.

No queremos el desarme y desmembramiento para repartirnos los fierros, Vicentin es una empresa emblemática de la Argentina a la que no debemos dejar caer, pero de no avanzar en este sentido no vemos otro escenario distinto a la quiebra”, agregan.

“Queremos evitar el cierre de la empresa, sabemos que es un camino largo, pero confiamos que, con un buen manejo, Vicentin puede reconstruirse y por supuesto que como desde un primer momento ALS quiere ser partícipe y protagonista de dicha reconstrucción”, resaltaron.

La clave está en asegurar el abastecimiento y para eso es fundamental recomponer la confianza del productor, por eso acompañamos la propuesta y mantenemos vigente nuestra apuesta ofreciendo como solución inmediata para el productor que no puede o no quiere hacer el aporte, aceptar dicha acreencia sin ninguna quita y reconocida en dólares al tipo de cambio de diciembre de 2019”, insistieron

“Sabemos que Vicentin se resiste a esta opción rechazando la propuesta, pretendiendo continuar con el concurso y reestructurar la deuda, algo que es muy poco probable que suceda. De todas maneras, la confianza con el productor granario está quebrada y es poco probable que esta gestión logre restaurarla y conseguir el abastecimiento necesario para volver a los niveles de producción necesarios para conseguir sustentabilidad”, señalaron finalmente desde el directorio de ALS ante la consulta de Rosario3.