*Por Claudia Guardia 

La directora del Instituto de Políticas Socioculturales de la Asociación Civil de Estudios Populares (ACEP) destacó la importancia de trabajar en forma conjunta entre los sectores públicos y privados para el impulso de la cultura y la creatividad. Valoró el aporte de propuestas innovadoras para contribuir a la generación de empleos en toda la cadena de valor de la Economía Naranja. Y analizó el rol del Estado en relación con la cultura, frente a la emergencia sanitaria.

El concepto de Economía Naranja o Creativa que incluye a la cultura y la creatividad como generadoras de riquezas, se ha gestado hace muchos años tanto en Europa como en Latinoamérica, ya en el año 2001 John Howkins, nos hablaba de cómo las personas hacen dinero de las ideas. En tanto en el año 2006 en Europa se adoptó el término Economía Creativa, como forma de representar la importante contribución e impacto de los creativos a la vida económica y social de los países.

-¿Que necesita la Economía Naranja para generar riqueza en una sociedad?

-Ante todo, se necesita el debido reconocimiento de nuestros gobiernos hacia el sector creativo, incluyendo dentro de las estructuras administrativas y los organigramas un área de Economía Naranja, para optimizar los recursos existentes y potenciar el trabajo en conjunto entre las diferentes áreas estatales como, por ejemplo: cultura, producción, empleo, turismo, género; con el sector privado. La Economía Naranja contribuye desde hace muchísimos años, no solo al crecimiento económico de nuestra sociedad, sino a la Identidad e integración del tejido social. Nuestras Provincias, tienen un enorme potencial creativo, con ciudades y comunas que aportan mentes creativas e innovadoras. A modo de ejemplo, Rosario (la ciudad en la cual resido), concentra no solo una gran cantidad de artistas, emprendedores e innovadores con muchísimo talento e ideas, sino que cuenta con un importante valor patrimonial, tanto material como inmaterial, en sus Museos, Bibliotecas, Teatros, Espacios de Arte y Cultura, Fiestas Populares y Centros Culturales Independientes, entre otros; que permitirían impulsar y hacer no solo de Rosario una verdadera ciudad creativa, sino un eje creativo de la región. Tenemos esta oportunidad pero para ello es necesario que tanto políticos, como inversionistas, académicos y funcionarios, pongan la mirada obligada en el sector creativo, e impulsen la implementación de Políticas Públicas de formación y capacitación de capital humano, marcos regulatorios, infraestructura para la protección de nuestro patrimonio material e inmaterial, centros de investigación de las industrias creativas, fábricas de ideas, capacitación en propiedad intelectual y derecho de autor, fortalecimiento de los vínculos entre creativos, conexión entre emprendimientos creativos y sectores no creativos, planes de incentivo al trabajo colaborativo entre (universidades, empresas y creativos), profesionalización del sector creativo, programas horizontales entre las diferentes áreas de gobierno, etc. En definitiva, para generar un impacto en nuestra sociedad es necesario escuchar y dar visibilidad a las necesidades que surgen de los diferentes sectores que conforman el Ecosistema Creativo, y diagramar las políticas públicas para encontrar soluciones colectivas con un real trabajo de asociatividad para impulsar la cultura y la creatividad.

-¿Como es posible generar empleo desde la Economía Naranja?

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El ecosistema creativo se convierte, a partir del talento, en el combustible que pone en marcha el motor de desarrollo de la Economía Naranja, y es la materia prima de los trabajos del presente y del futuro. Pero para que este motor de desarrollo pueda generar productividad y empleo, es necesario que se invierta en cultura. Es un hecho comprobado, el aporte del sector creativo no solo a los empleos registrados y no registrados, sino al Valor Agregado a nuestras economías regionales (cuenta satélite SINCA). Es necesario pensar a la cultura como una inversión y no como un gasto, capacitar para que las ideas creativas se conviertan en bienes exportables, y comercializar nuestros productos culturales de igual a igual en los mercados internacionales, para que nuestros artistas, emprendedores, desarrolladores, y creativos en general, puedan mostrar sus talentos al mundo y generar riqueza a sus economías. Por otro lado, debemos aprovechar el potencial de los nativos digitales, para desarrollar nuevos modelos de negocios y propuestas innovadoras.

-¿De qué manera podemos concretar estas ideas?

-Mediante programas de gobierno para incentivar las sinergias, a través de otorgar beneficios fiscales para los espacios que apuesten a la cultura, por intermedio de normas para regular la reutilización de los espacios públicos, incorporando nuevas propuestas tecnológicas, apoyando la creación de plataformas virtuales, impulsando nuevos sistemas de financiamiento, etc. En resumen, planificar fuertes alternativas de trabajo en conjunto entre los sectores creativos y el estado. Es el momento de imaginar nuestro trabajo de manera colaborativa, con un sentido de urgencia, para crear cadenas de valor y reinventar soluciones diferentes frente a las crisis. Hoy nuestro gran reto es recuperar y afrontar el golpe que le ha ocasionado y le ocasiona al sector cultural la pandemia.

Es justamente frente a los momentos como los que estamos viviendo, donde los gobiernos deberían invertir más en cultura. Sin espacios para la cultura no tendremos espacios para las ideas, ni para la innovación, ni para el futuro. Invertir en cultura es invertir en las personas, en el talento y en la convivencia, y eso es lo que nos identifica y nos une, da valor a cada territorio y nos proyecta al mundo. Nuestra cultura es nuestra mayor riqueza, es lo mejor de nosotros.

Desde el Instituto de Políticas Socioculturales de ACEP, entendemos a la cultura como un bien de primera necesidad, y hacemos un llamado a planificar Políticas Públicas, orientadas a la promoción y difusión del ecosistema creativo, para un desarrollo sostenible, y a coordinar iniciativas y acciones que promuevan la creación de puentes y líneas de comercialización tanto nacionales como internacionales, para generar fuertes alternativas de trabajo en el sector creativo.

*BIO: Abogada, Magister en gestión de Empresas de Industrias Creativas y Cultura; experta en Economía Naranja y Gestora Cultural. Directora del Instituto de Políticas Socioculturales de la Asociación Civil de Estudios Populares (ACEP) partner en Argentina de la Fundación Konrad Adenauer de Alemania (KAS).