La multinacional cerealera Bunge informó oficialmente este jueves que se suma al grupo inversores interesados en quedarse con la defaulteada Vicentin que conforman la Asociación de Cooperativas Argentina (ACA) y la firma global Viterra (ex Glencore)

"Este trascendente anuncio sin dudas brinda a todos los participantes del proceso concursal una cuota adicional de confianza y ratifica que las acciones que se han ejecutado hasta el momento en pos de alcanzar una solución que alivie de manera considerable la situación de todos los acreedores han sido acertadas y se ajustan a un proyecto sustentable que permitirá mantener la operatividad de la compañía y sus fuentes de trabajo", dijo la firma en un comunicado difundido a última hora del día.

Al haber logrado que la mayoría de acreedores acepte la oferta de pago, tal como se informó el miércoles, a la aceitera le estaba costando lograr que se adhiera el 66% del capital adeudado, tal como exige la ley de concursos y quiebras, ya que sólo había sumado el 20%.  Por eso se le presentaba como fundamental que los bancos extranjeros, que es el principal grupo acreedor con una deuda de 500 millones de dólares, adhieran a la oferta.

En rigor, los bancos estaban analizando adherirse al plan de pago (abona 20% en efectivo y resto queda en un fideicomiso a 12 años) porque al no pagar impuesto a las Ganancias en el país no les impacta que no haya quita, y por ende que no haya quebranto fiscal como si le ocurre a los acreedores comerciales granarios no cooperativos.

Pero la súbita salida de Molinos Agro del grupo de compradores de Vicentin que integraba con ACA y Viterra activó dudas en los bancos y por eso están pidiendo precisiones de cómo se redefinió el plan de los inversores. ¿Se puede mantener la misma oferta y el mismo plan si se bajó uno de los tres inversores?, era la duda que había disparado la salida de Molinos

Pero ahora la incorporación de Bunge puede convertirse en la señal que estaban esperando los bancos extranjeros para adherirse. "La incorporación de Bunge, una compañía centenaria de gran prestigio mundial, con un origen de profundo arraigo nacional, fortalece de manera significativa la construcción de una nueva Vicentin, que una vez sorteadas las dificultades financieras de público conocimiento, recupere su protagonismo como un actor preponderante de la agroindustria nacional", resalto Vicentin.

"Asimismo, continuamos consolidando la búsqueda de conformidades del sector financiero y somos optimistas respecto a que se van a alcanzar las aprobaciones necesarias para cumplimentar la segunda mayoría requerida en el proceso concursal", agregó la aceitera santafesina en su comunicado.

La llegada de Bunge al grupo que "gestionará" Vicentin es algo más que un espaldarazo decisivo a la salida concursal. Es que además de alejando el fantasma del cram down y de la quiebra, lograr un acuerdo de acreedores también es un argumento de peso para alivianar el frente penal que atraviesan sus ex directivos, y que esta semana había sumado como imputados a dos ejecutivos de Viterra por su participación en el directorio de Renova.

"Éstos avances se han logrado en un contexto nacional e internacional, extremadamente complejo y desafiante que no puede soslayarse y que le agregan aún más valor al esfuerzo de todos aquellos que se han comprometido para ser parte de una solución que se encuentra cada vez mas cerca de cristalizarse", completo Vicentin.

¿Por qué se suma Bunge? Oficialmente, no se informaron las razones. Es más, sería la primera apuesta de crecimiento de Bunge en mucho tiempo en el país ya que, si bien sus posiciones de negocios son sólidas, no venía activo en inversiones. A Bunge le interesa el negocio del girasol, del que Vicentin supo ser líder. Además, todo el conglomerado de emrpesas aceiteras nunca ocultó su preferencia que los activos de Vicentin queden en manos de operadores ya instaldos y no que llegue otro para sumar competencia.

En líneas generales, los "inversores estratégicos" inyectarán liquidez en Vicentin (vía contratos a fazón a precios muy competitivos), al tiempo que administrarán los activos, hasta que se paguen en 12/15 años las deudas y recién allí tomarán la propiedad. Y es probable que en esa instancia procedan a repartirse los activos industriales y portuarios del grupo santafesino.