La decisión que tomó a mediados de enero el juez que lleva la convocatoria de la agroexportadora Vicentín, Fabián Lorenzini, de dolarizar la acreencia de los bancos acreedores y pesificar las del agro provocó una cuña entre ambos grupos que este martes finalmente llegó a la Justicia.

La cerealera Warriner SA presentó este martes un recurso de revisión ante el juez Lorenzini en el que pide que la deuda de Vicentin con los bancos internacionales, que orilla los 500 millones de dólares, también sea pesificada. Formalmente, el magistrado ahora deberá estudiar la presentación, consultar a la Sindicatura, llamar a los bancos internacionales y finalmente expedirse, pero lo más importante es el debate jurídico que se dispara y su impacto político en el frente de acreedores.

Sobre un total de 1727 acreedores verificados, 1.290 (el 74%) pertenecen a la categoría de “granarios” (productores, acopios, cooperativas, proveedores de insumos y corredores) y en su mayoría los montos fueron pesificados al tipo de cambio de febrero ($62 por dólar) redondeando un pasivo en pesos de $23.956.545.784,63. Por el contrario, al conglomerado de bancos extranjeros integrado por la Corporación Financiera Internacional (CFI), el Nederlandse Financierins FMO, ING Bank, Rabobank, Natixis y Credit Agricole se les mantuvo las deudas dolarizadas por 500 millones.

Si bien el magistrado se ajustó a la normativa concursal (deuda en mercadería se pesifica al tipo de cambio de la presentación en concurso y la deuda en divisa extranjera se abona en esa divisa), la pesificación significó un fuerte impacto para el agro por la licuación que la devaluación provoca.

Pero además provocó un desbalance: los acreedores dolarizados (bancos) pasan a tener la llave de los votos para la aprobación de la propuesta concursal que termine haciendo Vicentín y, por la magnitud de la deuda en dólares, acaparando los fondos que salgan de la defaulteada aceitera.

Por la devaluación, a febrero los bancos internacionales avanzaron un 47% en su capadcidad de votar la propuesta de pago concursal de Vicentin frente a los acreedores granarios. 

Fue así que mientras que hubo abogados de cerealistas que ensayaron estrategias para que también les dolaricen sus acreencias, la novedad es que los abogados que representan a Warriner SA, encabezados por el letrado Jorge Robiolo, fueron por un camino distinto: pedir que la deuda de los bancos internacionales que no tienen sucursal en el país también sea pesificada. Al hacerlo, sostienen, se volvería a equilibrar la balanza entre agropecuarias y financieras a la hora de definir el futuro de Vicentín

¿Cuáles son los argumentos? Según el escrito presentado este martes, y al que tuvo acceso Rosario3, los acreedores sostienen que la promulgación del nuevo Código Civil y Comercial produjo cambios sustanciales en el tratamiento de obligaciones pactadas en monedas extranjeras por el cual se abandonó el criterio vigente en el anterior régimen donde el acreedor tenía el derecho a cobrar en la estricta especie pactada para sustituirlo por un sistema de “deudas de valor” en la que las obligaciones pactadas en una moneda que no es de curso legal se pueden abonar dando el equivalente en moneda de curso legal porque la obligación, bajo este nuevo criterio, es “dar cantidades de cosas” y no “sumas de dinero”.

Citando jurisprudencia y doctrinaria de la Corte Suprema, Robiolo sostiene que la disposición del nuevo Código Civil derogó tácitamente la norma concursal en la que se basó el juez para mantener la dolarización de las deudas con los bancos extranjeros por ser una ley superior y posterior.

Ahora bien, ¿por qué dejan afuera de la pesificación a los bancos con sede en Argentina? Es que, según explica el abogado, el Código Civil y Comercial generó una norma especial para los bancos argentinos y extranjeros con sucursal en Argentina manteniendo para el caso de préstamos en moneda extranjera el principio consistente en la devolución de la deuda en la misma moneda.

“Esto no debería sorprender a las entidades financieras internacionales ya que el único requisito para encontrarse en paridad con un banco nacional es constituir una sucursal en Argentina y así someterse a los privilegios y prevenciones que otorga nuestra legislación. Si no lo hicieron es por desinterés o negligencia debiendo descartarse el desconocimiento de las normas porque estas entidades operan con consultoras internacionales que se encuentran detalladamente informadas de las reglas en cada Estado en el que operan”, sostiene Robiolo en la presentación.

“El concurso de Vicentín puso en crisis la enorme falencia de criterios y tratamientos entre acreedores granarios y los acreedores financieros internacionales. Al momento de de la presentación del concurso, el dólar Banco Nación cotizaba a $63, mientras que al momento de informe individual de acreencias cotizaba a $87, por lo que los bancos internacionales –que tienen sus acreencias dolarizadas- habrían avanzado sobre los acreedores granarios en la capacidad de votar la propuesta de acuerdo en un 37%. Y este cuadro va a empeorar marcadamente a medida que avance el concurso. Al día 18 de febrero de 2021, el dólar Banco Nación asciende a $93, es decir, el crecimiento de los bancos internacionales es de casi 47%”, sostiene el abogado de los cerealistas.

“Nuestra interpretación restablece el equilibrio inicial de las distintas masas acreedoras (granos y dólares)”, asegura Robiolo.  Y es que no sólo está puesto en juego el margen para aprobar o rechazar la propuesta de pago que haga hacia mediados de año Vicentín, sino que también la dirección futura de la compañía ya que ambos grupos pueden preferir soluciones diversas. Los bancos, por caso, suelen ser más proclives al desguace para apurar el cobro de sus acreencias impagas mientras que los acreedores del agro apuntan a mantener la unidad operativa (bajo su control) como fórmula para reequilibrar sus finanzas.

No en vano esta presentación judicial sucede luego de que la semana pasada se informara que un grupo de acreedores cerealistas firmaron un escrito oficial que dirigieron al directorio de Vicentín, a través del cual expresan que están dispuestos a “aunar esfuerzos” para colaborar en la reactivación de la firma, como “alternativa superadora a todo proyecto de desguace”.

Finalmente, habrá que ver ahora si esta avanzada en el frente comercial interfiere en el cerrado y compacto bloque que acreedores financieros y granarios armaron en el frente penal para ir contra Vicentín, justo cuando se espera para que este mes que quede firme la jurisdicción de los tribunales rosarinos en esas causas.