Vicentin Family Group, conglomerado vinculado a la agroexportadora en default, está en avanzadas negociaciones para vender el negocio de yogures y postresitos que le compró a Sancor en 2016. Pero una decisión judicial impide que se pueda desprender de sus activos para proteger a los acreedores que dejó de pagarles 1.400 millones de dólares. Según averiguó Rosario3 de fuentes privadas familiarizadas con la negociación, el comprador interesado en quedarse con la empresa es Lácteos Conosur SA.

El Family Group es el holding que armaron los dueños de Vicentín para englobar sus participaciones accionarias en todas las empresas no vinculadas a su principal negocio (el aceitero), desde el frigorífico Friar hasta Terminal Puerto Rosario (TPR) pasando por sus bodegas y viñedos, entre muchos otras participaciones en compañías. 

Esas empresas no quedaron alcanzados por el default de la casa matríz (Vicentín Saic) y mientras que las familias accionistas apuntaron a desprenderse de algunos de esos activos (por ejemplo, vendieron el frigorífico Friar), los acreedores de la malograda aceitera insistieron desde el primer momento en evitar el desguace. Incluso, pugnaron sin suerte para que esos activos queden comprometidos en la convocatoria de acreedores de Vicentin Saic.

En rigor, todas las operaciones de venta de activos que hizo Vicentín generaron sospechas y denuncias de los acreedores y de los fiscales que investigan a la empresa por estafa, defraudación y asociación fraudulenta. 

Por ejemplo, la venta de acciones de Renova que ocurrió días antes del default de 2019 por millonarios montos que no ingresaron en su totalidad al país. O la venta de Friar a un fondo financiero, del que se sospecha está vinculado a accionistas de la malograda agroexportadora, que es el grupo Baf.

Fue por eso que en septiembre pasado, el juez penal de Rosario Nicolás Foppiani avaló el pedido presentado por el fiscal Miguel Moreno, de la Unidad de Delitos Económicos y Complejos de la Fiscalía Regional número 2, y prohibió que las familias de Vicentín puedan seguir desprendiéndose de sus activos. Y sobre esa traba judicial es la que ahora están operando desde la empresa.

En 2016, en pleno apogeo y expansión, Vicentín puso 100 millones de dólares para quedarse con las fábricas de yogures Yogs y los postrecitos Shimy de SanCor constituyendo la empresa Alimentos Refrigerados Sociedad Anónima (Arsa). Incluso, capitalizó a la flamante compañía. 

Pero desde el default de Vicentín está a la venta. El de los yogures y postres se trata de uno de los principales negocios lácteos, por su valor agregado y porque suelen quedar fuera de las regulaciones estatales de los precios.

Hubo varios interesados por comprar Arsa, pero el que quedó más firme es el grupo Lácteos Conosur SA, que controla La Suipachense. Ese holding est. es propiedad de los empresarios Manuel Fernández y Claudio Rafaniello, quienes la compraron en 2018.

Con plantas en Córdoba y Buenos Aires, ahora sumaría los activos de Arsa, que también tiene usinas en Buenos Aires y Córdoba. Pero su principal activo, además de las marcas (que tienen entre el 15% y el 30% de los mercados en los que opera), es la red de distribución que maneja con 165 distribuidores que llegan a 70.000 comercios.

Imposibilitada de vender Arsa, al menos por ahora, la empresa avanza en el cambio de management, y con el ingreso de nuevos directores que, según trascendió, estaría avalados por los interesados en comprar, Lácteos Conosur estaría así concretando su primer desembarco, aunque de manera indirecta. El nuevo directorio, se informó, es Daniel Camejo.