Este viernes se levantó, otra vez, el paro de colectivos en Rosario. Otra vez porque no fue el único paro lanzado y levantado, y quizás tampoco sea el último. En los últimos cinco meses, la Unión Tranviarios Automotor (UTA) realizó 76 días de huelga en distintas medidas de fuerza, algunas de las cuales duraron semanas. Es decir, de los últimos cinco meses, durante más de dos, los rosarinos no pudieron tomarse un bondi.

Cada uno de esos  paros fue motorizado por un reclamo salarial. Problemas de números y de un sistema que desde hace tiempo está en crisis y que sufrió un durísimo golpe con la pandemia de coronavirus y una estrepitosa caída de pasajeros.

La primera gran huelga de los colectiveros rosarinos este año, comenzó el 11 de mayo. Fue además, la primera prueba de fuego del flamante secretario general, Sergio Copello que asumió la conducción del sindicato local tras la sorpresiva muerte de su histórico dirigente, Manuel Cornejo el 3 de mayo pasado. Y fue el segundo paro en extensión: duró 23 días.

A continuación una cronología de cada medida de fuerza

  • Paro #1: 23 días sin colectivos

Del lunes 11 de mayo al miércoles 2 de junio.

El lunes 11 de mayo Copello encaró su primer gran paro. Y uno de los tres más largos hasta el momento. Los choferes habían cobrado apenas un tercio de los sueldos de abril. Era el inicio de la pandemia y las empresas que operan en Rosario –Movi, Rosario Bus y El Cacique, que ahora amenaza con irse– ya empezaban a sentir el golpazo de la caída de la recaudación. El gobierno nacional, a su vez, comenzaba a mostrar sus límites y su ya harto conocida predilección por el área metropolitana de Buenos Aires (Amba).

Veintitrés días después, con una multitudinaria y polémica movilización de por medio –en plena cuarentena–, los empresarios consiguieron pagar todo el salario de abril y los colectiveros volvieron a tomar el volante. Pero no, por mucho tiempo.  

  • Paro #2: 3 días sin colectivos

Del viernes 19 de junio al lunes 22 de junio.

El viernes 19 de junio a las 21, la UTA lanzó su segundo paro del año. Comenzó, sorpresivamente, cuando los rosarinos cenaban. Podríamos decir que los pasajeros se “cenaron” la huelga. Sin previo aviso, muchos quedaron aquella noche varados en las paradas, a medio camino de sus casas o empleos.

La decisión gremial fue producto de una asamblea esa tarde por la mitad del sueldo de mayo que les faltaba cobrar. Un error administrativo del gobierno nacional había congelado los subsidios sin que la Provincia pudiera transferirlo a las empresas. Nación había prometido a Santa Fe, 904 millones de pesos de subsidios a pagar entre junio y septiembre.

Esta vez, el conflicto no duró tanto: tres días después –o dos días y tres horas más tarde, según cómo se cuente–, los choferes se pusieron la camisa celeste y se subieron a los bondis de nuevo.

Hasta que…

  • Paro #3: 29 días sin colectivos

Del jueves 2 de julio al viernes 31 de julio.

… hasta que el jueves 2 julio la UTA volvió a lanzar un paro por tiempo indeterminado por el sueldo de junio y el aguinaldo. Esta vez, el conflicto venía para largo. Fue la huelga más extensa de las seis que se registraron hasta ahora: duró 29 días consecutivos, casi un mes.

La irritación a esta altura era alta: la de los colectiveros, la de los pasajeros y la de los funcionarios provinciales y municipales que veían cómo el gobierno nacional dejaba para el Amba cuatro veces más dinero que para todas las provincias del interior en su conjunto.

El paro se levantó el 31 de julio, con el fantasma de fin de mes arriba pero con una tregua de paz hasta fin de octubre. La UTA Rosario había acordado con las empresas, la Provincia y el Municipio cobrar los sueldos en dos veces –los 14 y 24 de cada mes– y garantizar el transporte de la ciudad hasta el 31 de octubre.

La "paz colectivera" duró ni un mes.

  • Paro #4: 1 día sin colectivos

Del martes 18 de agosto al miércoles 19 de agosto.

El más corto de los seis paros que hizo la UTA hasta este viernes fueron las 24 horas que duró el martes 18 de agosto. Esta vez la razón de la medida de fuerza fue el 80 por ciento del sueldo de julio que les faltaba, además de una parte del aguinaldo que seguía sin llegar. A diferencia de las extensas huelgas de mayo y julio, la del 18 de agosto fueron 24 horas de "reflexión".

Copello había dicho en aquel momento que era un paréntesis para “evaluar pasos a seguir”; en la práctica fue un recordatorio vívido de una ciudad sin transporte.

  • Paro #5: 18 días din colectivos

Del jueves 27 de agosto al lunes 14 de septiembre.

El inicio del quinto paro de colectivos coincidió con un día de muchísima efervescencia sindical en Rosario: empleados municipales, médicos y docentes públicos y privados habían lanzado esa semana sus reclamos a la calle. O mejor dicho, habían retirado sus servicios. En tiempos de coronavirus y cuarentena, los sindicatos limitaron la ocupación del espacio público a la quita del crédito laboral casi exclusvamente.

Éste iba a ser el tercer paro más largo de los tres. Y llegados a este punto, resulta necesario entender otro número: 678 millones de pesos. Esa era la cifra que hacia principios de septiembre el gobierno nacional debía la provincia de Santa Fe, y que podría haber evitado –o disminuido al menos– tanto conflicto. Casi 700 millones de pesos, de los cuales buena parte –315 millones–  era para Rosario, la ciudad con más colectivos de la provincia (744) y con los choferes mejor pagos, cobran un 30 por ciento más que los colectiveros de la capital santafesina.

El viernes 11 de septiembre, finalmente, el gobierno nacional pagó una parte de esa deuda y al lunes siguiente los colectiveros levantaron el paro tras 18 días de huelga.

  • Paro #6: 2 días sin colectivos

Del miércoles 23 de septiembre al viernes 25 de septiembre.

Y llegamos al sexto y último paro de colectivos. (Por ahora). El segundo más corto de toda esta historia.

Otra vez Nación y su modorra bajaron a los colectiveros de los bondis. La semana pasada el gobierno nacional debía pagar otra parte de su deuda pero lo hizo recién este jueves.

Falta ahora, la cuarta y última cuota de subsidios nacionales, que casi como un chiste de mal gusto, mantiene la pregunta: ¿cuándo llega?

Y agrega otra: completadas las cuatro cuotas de subsidios nacionales, ¿cómo seguir financiando el sistema si los gobiernos provincial y municipal ya adelantaron casi todos sus recursos en cada medida de fuerza y los empresarios no recaudan y uno de ellos incluso, quiere irse?