Argentina logró el triunfo que necesitaba. En un estadio que fue un hervidero. Por los 40 grados de sensación térmica de Barranquilla y por el calor de los hinchas de Colombia, que esperaban una victoria que reafirmara el gran trabajo de Pekerman. Pero no: en ese reducto hostil, que sabe de gestas argentinas, la selección de Martino pisó fuerte y se trae para nuestro país un éxito que le restaura la confianza.

Lo ganó 1 a 0 por el gol de Lucas Biglia, una de las figuras de la cancha, a los 19 minutos del primer tiempo. Y así, jugada parcialmente la cuarta fecha de las eliminatorias rumbo a Rusia 2018, el elenco albiceleste se despegó (como tanto le preocupaba a la prensa detractora del DT) de los puestos de retaguardia.

Tuvo que sufrir hasta el final ante una Colombia desdibujada, que también pareció sentir la presión atmosférica. Casi no inquietó a Sergio Romero por peso futbolístico, pero sí por el apremio de los minutos concluyentes. Lo pudo liquidar antes la selección, como en ese mano a mano de Di María que pasó besando el poste o el remate en el palo de Dybala sobre el epílogo. También le anularon mal un gol al propio Paulo. Pero nunca dejó de correr y meter por todos lados.

Lo ganó con convicción, la escuadra del Tata. Fue el que más quiso, el que más llegó y el que nunca cedió el manejo del trámite. Y sus jugadores se abrazaron con ganas porque saben que este triunfo vale mucho más que tres puntos. 

Aunque apenas se haya jugado un porcentaje mínimo del torneo, la prensa desesperada por los números podrá ahora decir tranquila que Argentina se acercó a los puestos de clasificación.  Y ya no pondrá en tela de juicio la continuidad de un DT que hasta hace algunos meses (antes de la final con Chile) era el hombre indicado para este grupo. 

El resumen