Emiliano Vecchio la rompió el último viernes de septiembre frente a Central en Avellaneda. Fue el revulsivo que le permitió a Racing cambiar el desarrollo de un partido que parecía perdido después del mejor primer tiempo de la era Tevez en Central.

Asterisco técnico-táctico: jugó llamativamente libre, sin impedimentos para desplazarse por toda la cancha.

Se notó que Emiliano tenía muchas ganas de jugar, se moría de ganas. Hizo un golazo y movió los hilos de su equipo como contestándole a alguien que se había equivocado cuando eligió que el futbolista y la entidad auriazul fueran por caminos diferentes.

El que puso la cabeza para semejante decisión fue Leandro Somoza, que no tuvo nada que ver con la salida de Vecchio. Un técnico de paso no tiene espaldas para sostener la salida de la estrella del equipo. Las bases de esa decisión estuvieron en otro lado. 

Y el viernes 30 fue la primera vez de Emiliano como enemigo futbolístico.

Cuando arengó a los hinchas tras marcar el 2-3 quedó plasmado que había, y hay, algo personal. No con la gente de Central, sino con la conducción del club. El problema es que a mucha gente, simpatizantes, socios, hinchas, les cayó mal esa exacerbación del gol, que tratándose de Central, consideraron innecesaria.

Nadie podía pedirle a Vecchio que fuera a menos porque jugaba contra Central, hubiera sido una muestra flagrante de falta de profesionalismo.

Pero más allá de las sensaciones y emociones que dejó aquel partido, uno de los mejores del año, sino el mejor, Emiliano dejó un mensaje bastante claro: si en Arroyito cambia la conducción, él quiere volver a Central. Aunque algunos pueden suponer que sus declaraciones están más vinculadas al retiro que a la continuidad.

“Fue una noche dura para mí. Central es mi vida, es mi casa. Independientemente de las personas que están ahora, son los vestuarios, es la hinchada, sensaciones muy extrañas”, dijo en el cierre de la transmisión de TV que lo eligió como la figura de la cancha.

Emiliano dejó un mensaje bastante claro: si en Arroyito cambia la conducción, él quiere volver a Central

“Necesitábamos la victoria. Central nos dominó en el primer tiempo y nos iba ganando muy bien, en el segundo tiempo reaccionamos. Estoy muy contento por todo el grupo. La idea es llegar a diciembre y después ver qué es lo que hago, estoy un poco agotado, tengo la familia lejos, primero intentaré dar lo mío para tratar de conseguir el objetivo”, agregó antes de dejar el mensaje.

“A la gente de Central quiero decirle que uno es profesional y tiene que jugar. Algún día, si Dios quiere, volveremos”.

No se trata de una cuestión de fe. Mientras el pueblo canalla se debate entre recibirlo con los brazos abiertos o rechazarlo, Vecchio evalúa regresar a Central si la conducción auriazul cambia.

A Gago no le cayó bien que hable de su probable salida cuando Racing se juega el campeonato en cada pelota.

Quizás el problema de Emiliano no esté en su relación con la pelota, se llevan bárbaro. Tal vez el problema trascienda las líneas de cal.

De hecho, esos fueron los límites que ambas partes sobrepasaron cuando el talentoso volante ofensivo y Central decidieron separarse.

¿Habrá una tercera oportunidad?

Diciembre está muy cerca, las elecciones en Central no se sabe. El ganador tampoco.