Cuando la mano viene torcida, como es el caso de Newell's, ocurren situaciones insólitas y difíciles de explicar a partir de la lógica. Lo que pasó esta noche en Córdoba ante Belgrano lo demuestra: errores no forzados, un fuera de juego muy polémico a instancias del VAR y el karma de Darío Benedetto con los penales. 

A los 38, el arquero rojinegro quiso salir rápido con los pies, pero el pase al ras del suelo pegó en González Metilli, el volante se perfiló y definió de emboquillada con la zurda sobre Juan Espínola, que pese al esfuerzo no llegó a tiempo para sacarla. El local se puso 1-0. 

Sin embargo, antes de ese primer grito del Pirata, Newell's reclamó a viva voz un penal a favor por mano en el área de un jugador de Belgrano. La pelota, efectivamente, golpeó en el brazo, pero lo que sancionaron el árbitro Zamora y el VAR fue otra cosa: un fuera de juego milimétrico de Banega, tras jugar un tiro de esquina corto y volver a recibir el balón sobre la línea de fondo. 

Pero el partido le dio una posibilidad al equipo de Fabbiani casi de inmediato. El arquero de Belgrano le devolvió el favor: intentó salir jugando, pero el pase quedó corto y Carlos González, incansable para presionar, lo interceptó. El balón le cayó a Benedetto dentro del área y Cardozo, atolondrado, se lo llevó por delante

El propio Pipa se hizo cargo del penal, en busca de reencontrarse con el gol y de anotar por primera vez con la camiseta leprosa, pero lo que volvieron fueron todos los fantasmas de sus penales fallados: tras demorar la ejecución porque no escuchó la orden del juez, esperó al guardameta, definió al medio y sin altura ni potencia, y se lo atajaron.

La floja ejecución del centrodelantero, que no era el designado porque siempre patea Banega, trajo a la mente el recuerdo de aquella secuencia de varios penales errados con la camiseta de Boca, algunos años atrás. En un momento fueron tres al hilo durante la temporada 2022.

En total, "Pipa" erró cinco de los últimos nueve que pateó.