Argentina recibió uno de los peores cachetazos de su historia mundialista. Por la segunda fecha del grupo D, perdió 3 a 0 con Croacia y su clasificación a la instancia de octavos de final del torneo de Rusia 2018 ahora dependerá de un milagro: esperar qué pasará mañana entre Nigeria e Islandia, ganarle a los africanos en la última fecha y rezar por el restante marcador, de ser necesario.

El conjunto de Sampaoli no se pudo reponer del grave error de su arquero Wilfredo Caballero, quien  a los 7 minutos del segundo tiempo quiso hacerle un sombrero a un rival, se quedó corto y Rebic marcó el primero; luego, en el medio de un desconcierto general, Modric puso el segundo a 10' del final y en tiempo cumplido, Rakitic sentenció la historia.

Los hinchas presentes en el estadio de Nizhny Novgorod, y los millones que lo vieron por TV, quedaron pasmados ante la falta de reacción del equipo luego del primer tanto croata. Hasta ahí, el trámite había sido parejo (con leve predominio de los europeos), pero con el gol la estrategia sufrió una implosión y ni los cambios que ensayó el DT lo pudieron revivir.

El primer acto, exhibió a una formación basada en el nuevo esquema con tres defensores, más el auxilio por las bandas de Salvio y Acuña. Las ocasiones más peligrosas fueron para Croacia: una de Perisic que salvó Caballero y un cabezazo de Mandzukic que se fue desviado.

La selección albiceleste llegó por corajeadas: una de Acuña, que derivó en un disparo que pasó cerca de Enzo Pérez sin arquero; una cesión a Meza sobre la medialuna, cuyo tiro pegó en un defensor; un pase de emboquillada a Messi que el zurdo no pudo conectar y un centro de Acuña que pegó en la cara superior del travesaño. Quiso tener la pelota, intentó la circulación pero nunca logró entrar claramente al área.

El yerro monumental de Caballero provocó un caos que nunca se pudo deshacer. Pudo empardar poco después del 0-1 gracias a una diagonal del ingresado Higuaín, que le sirvió el gol a Meza y Messi, aunque entre el arquero y un defensor rechazaron al córner. Y desde ahí, el equipo perdió su forma, entró en el nerviosismo y Modric se encargó de sepultarlo con su golazo. El de Rakitic llegó con Argentina hecho hilachas.

Para entender la magnitud de la caída, un dato: El elenco albiceleste no perdía un partido en la primera ronda de la Copa del Mundo por semejante goleada desde hacía 60 años: 6-1 contra Checoslovaquia, el 15 de junio de 1958. 

Ahora, habrá que sacar cuentas: esperar el resultado de mañana entre las Águilas Verdes y los Vikingos, vencer en el partido final y (en caso de que no gane Nigeria mañana, lo que dejaría la clasificación a tiro de vencerlos), mirar de reojo el duelo entre Islandia y la ya clasificada Croacia.