“Felicitaciones amigo!!! Ya sos eterno”. Por Instagram, Emiliano Vecchio saludó a Marco Ruben por su gol 104 en el fútbol profesional. Esa conquista lo transformó en el máximo goleador histórico del fútbol rosarino con una sola camiseta. Un tanto por encima de Víctor Condorito Ramos, el eterno artillero rojinegro. Mención de honor para Beto Armani, que tiene 117 goles, aunque en 3 equipos diferentes y sólo 4 en primera división. Asterisco: después de muchas idas y vueltas, la relación de Emiliano y Marco parece pasar por su mejor momento.

Con el capitán técnicamente separado del plantel (ni siquiera le permitieron jugar en reserva para tomar ritmo y de paso generar presión para recuperar su lugar en la plantilla titular de la primera) y el segundo capitán a punto de retirarse, Central empieza a padecer una crisis de referentes.

“Sigo estos dos partidos, después veo”, dijo Ruben tras la sanadora victoria ante Independiente. Si bien no tiene por qué ser tan sorprendente, hizo estallar una bomba en la mitad del campo de juego mientras el público festejaba un triunfo después de unos cuantos partidos, varios más de los aconsejables.

Con este panorama, Jorge Broun aparece como el próximo líder casi absoluto de un plantel que cambió de entrenador, que no le encuentra la vuelta a los resultados más allá del último alivio y que está preso, sin dudas, de un clima político preelectoral que empieza a ser asfixiante a pesar de que las elecciones serán en octubre.

A propósito, ¿tratará de interceder la comisión directiva en la decisión de Ruben? Marco es el jugador franquicia de esta gestión que arrancó a fines de 2014 con Raúl Broglia como presidente.

El “9” es el futbolista fetiche de la actual dirigencia y su continuidad puede transformarse en un eslogan de campaña.

¿Estará dispuesto Marco a ser funcional al oficialismo? No parece, al menos adentro de la cancha. La decisión se supone tomada. 

Eso sí, no habría que descartarlo desde otro lugar. Más cercano a la gestión que al juego. Tampoco parece probable. A esta altura Marco ya disfruta más de la pesca que de la vorágine del fútbol en cualquiera de sus formas.

No obstante, “business are business”.

Del otro lado del mostrador, casi sentado en una de las tantas banquetas de la oposición, Vecchio trata de sacarse el corset que lo inmoviliza.

De repente se transformó en un personaje incómodo. En la calificación no se hace referencia ni a su rendimiento ni a su posición en la cancha. Ni siquiera a su estado físico.

¿Alguien puede creer que el problema es que Vecchio está gordo?

Para las elecciones falta bastante, pero las piezas ya se mueven.

¿Marco y Emiliano serán parte de esa disputa, aunque sea involuntariamente? 

No parece tan disparatado.