En los Juegos Olímpicos París 2024 se pudo observar a las categorías masculinas y femenina de boxeo con distintas diferencias. Por ejemplo, los hombres compiten sin protección en la cabeza y las mujeres tienen la obligación de llevarlo.

Los datos corren desde los Juegos 1984, donde no había obligatoriedad de los protectores en la cabeza, pero todo cambió tras el terrible suceso ocurrido en 1982, cuando el boxeador Kim Duk-Koo muere en un combate del Campeonato Mundial de peso ligero contra Ray Mancini. Desde entonces, se consensuó que los púgiles llevaran protector en la cabeza para minimizar los riesgos de lesiones cerebrales.

El boxeador Kim Duk-Koo muere en un combate. Foto New York Times.

En 2016, el COI decidió eliminar el protector en las categorías masculinas, manteniendo su uso obligatorio en los combates femeninos y en las categorías juveniles. Esta decisión se basó en estudios como el realizado por Abdelhamid Khadri, presidente del Comité médico de la AIBA, quien afirmó: "No encontramos ninguna prueba de que los protectores en la cabeza evitasen las conmociones cerebrales". “Los resultados demostraron que las interrupciones se redujeron en un 43% en los combates sin casco”, expuso Khadri.

Durante el Campeonato del Mundo de Doha en 2015, se quiso poner a prueba las tesis de Khadri. Se observó que los impactos en la cabeza se redujeron un 16% en el torneo, y más del 50% de los golpes recibidos con riesgo de lesión (neurológica o facial) fueron en zonas que no protege el casco. Sin embargo, los resultados no terminaron por convencer al COI, por lo que se decidió financiar una investigación de bioingeniería médica para evaluar el efecto de los protectores en la cabeza.

Según detalló el diario AS, el resultado de la investigación lo desveló Andrew McIntosh, responsable del estudio y bioingeniero médico de la Universidad de Monash en Melbourne (Australia). Este defendió que “simulamos impactos en varias zonas de la cabeza y que el resultado fue que tanto para los golpes lineales como para los que producían una rotación en el cuello, el casco reducía el impacto sufrido por el maniquí”. 

Sin embargo, se llegó a la conclusión de que los hombres combatan con o sin casco entrañaba prácticamente el mismo peligro, por lo que, finalmente, el COI decidió retirar el casco de cara a las competiciones masculinas de Río 2016.

Para la rama femenina se trata una regla basada en la mera morfología. Según el médico español Alejandro Mejuto, "las mujeres poseen menor masa muscular en la zona cervical, por lo que retirar el protector podría suponer un mayor riesgo de lesión para ellas". Argumento que fue defendido por el COI desde que en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 se introdujo el boxeo femenino en la competición.