Cómo están formando las universidades de Rosario y Santa Fe a los profesionales del futuro

La academia está inmersa en una profunda transformación para hacer frente a los vertiginosos cambios de la demanda laboral. Hablan referentes de la UNR, UNL, UTN, Austral y UCA

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“La academia no está llegando a formar a profesionales en el tiempo que el mercado lo requiere”, señaló un reclutador de personal de dilatada trayectoria, y agregó que esto se ve potenciado al máximo en carreras vinculadas al sector IT. Un ejemplo de ello: ni bien terminó el primer cuatrimestre de una flamante Tecnicatura en Programación en Rosario, más de una empresa consultó a las autoridades de la misma cuándo podían incorporar a algunos de sus alumnos. Esta vertiginosidad impuesta por la tecnología, alimenta una tendencia cada vez más marcada como es la necesidad de formación continua. Y el fenómeno se da en todas las disciplinas. “En mi época te recibías, a lo sumo hacías un posgrado y tenías un trabajo casi asegurado para siempre. Ahora los chicos saben que deberán estudiar toda la vida para mantenerse vigentes en el mercado”, agregó el mismo experto en recursos humanos.

El desafío es tan grande para los estudiantes como para las universidades, que deben enseñar los fundamentos de una profesión, brindar conocimiento técnico actualizado acorde a las nuevas tendencias laborales, y además fomentar el desarrollo de las denominadas habilidades blandas, cada vez más necesarias para cualquier puesto. Todo esto mientras la oferta académica se multiplica, con capacitaciones de instituciones formales y no formales de todo el mundo al alcance de un clic. Una profunda transformación educativa está en marcha, y se aceleró con la pandemia. Aparecieron en Rosario y Santa Fe nuevas carreras e instancias formativas, se están revisando planes de estudios y la metodología híbrida, que combina presencialidad y virtualidad llegó para quedarse.

La tecnología está cada vez más presente en todas las disciplinas, pero también el perfil humanista. Ya no es viable un gerente de personal que no sepa hacer una presentación virtual, pero tampoco un ingeniero incapaz de trabajar en equipo. El futuro será más exigente, interdisciplinar, diverso e híbrido. Será más difícil seguirle el ritmo, pero a su vez multiplicará las posibilidades de subirse al conocimiento, tal como ya ocurrió en algunas carreras que duplicaron sus alumnos por la chance de seguir las clases desde el aula. Y el futuro ya llegó. Es por eso que Ecos365 consultó a referentes académicos de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Universidad Nacional del Litoral (UNL), Universidad Tecnológica Nacional (UTN), Universidad Austral de Rosario y de la Universidad Católica Argentina (UCA) sede Rosario para conocer de primera mano cómo se está trabajando en la formación de los nuevos profesionales.

Aula híbrida

Detrás de la demanda

“Antes el joven se veía interpelado por el contenido de una carrera y veía más alejado el final del camino. Hoy todo es mucho más rápido, los chicos ya tienen en mente lo que quieren y son los que interpelan a la universidad, a ver qué es lo que tiene para ofrecerles”, manifestó Ulises Rosin, director de Vinculación Tecnológica y Desarrollo Productivo de la UNL.  “Permanentemente estamos revisando contenidos, agregando o actualizando materias, y sumando nuevas propuestas en función de las demandas que van apareciendo”, agregó y puso el ejemplo de la Tecnicatura en Robótica y Automatización de Procesos Productivos que abrió la casa de estudios en Rafaela, localidad muy ligada a la metalmecánica. O también las formaciones en Obstetricia y Enfermería para el centro norte provincial, necesidad que se detectó luego de comprobar que la mayoría de esos habitantes tenían que atenderse en la capital provincial por falta de profesionales.

En el caso de Rosario, hace tiempo busca consolidarse como ciudad turística, pero hasta hace poco carecía de una carrera de Turismo en la universidad pública. Tampoco tenía una oferta de Diseño Gráfico ni de Diseño Textil que no fuera privada, pese a la fuerte presencia creativa en la comunidad emprendedora local. Ahora estas tres terminalidades forman parte de los 39 tramos educativos (en todos los niveles) que incorporó la UNR en los últimos dos años, y entre los que también figura la Tecnicatura Universitaria en Inteligencia Artificial (IA), una formación pionera en el país, y otras en Relaciones del Trabajo y en Gestión Cultural. “Notamos que toda la energía que se había puesto en posgrado no estaba en grado. Nos propusimos avanzar con tres frentes: sumar temas de agenda presente y futura, hacerlo con trayectos y formatos pedagógicos innovadores, orientarnos a las necesidades de Rosario y la región”, indicó Franco Bartolacci, rector de la UNR.

Una universidad muy cercana al mundo empresarial es la Austral, y esto le permitió articular rápidamente con el Polo Tecnológico de Rosario (PTR) una Coding School que lanzó la Tecnicatura en Programación. Pero también en el último tiempo agregó a las carreras tradicionales, como Administración de Empresas, Contabilidad y Agronegocios, otras novedosas como la Licenciatura en Economía Empresarial (más ligada al mundo de los datos) y la de Negocios Digitales, abocada a analizar el impacto y aprovechar las oportunidades que abre la tecnología en el mundo de los negocios. “Buscamos responder a la demanda de profesionales para dentro de cuatro años, y por eso incluimos como obligatoria una materia como business intelligence, que cada vez más atravesará a todas las profesiones, y que aporta al alumno una nueva manera de analizar la información”, dijo Ana Galiano, la decana.

La UNR sumó 39 nuevos tramos de formación educativa en los últimos dos años, entre pregrado, grado y posgrado"

Mucho más que contenido formal

Aparecen nuevas carreras, se reformula el contenido obligatorio de las tradicionales, y también el opcional. “Formarse como ingeniero no es sólo aprender a hacer cálculos sino también saber trabajar con gente y ejercer liderazgo. Por eso se sumaron asignaturas vinculadas a la cultura emprendedora y al armado de negocios”, añadió Rosin. “La experiencia educativa universitaria no implica únicamente contenido formal, sino también formación en habilidades humanas, como comunicación, creatividad, trabajo en equipo, mirada interdisciplinaria, entre otras”, apuntó Carina Olivares, coordinadora Carrera Licenciatura en RRHH de la UCA Rosario. Y es que allí reside una diferencia fundamental respecto a otras instancias educativas.

“Si al chico lo formás en pensamiento crítico, análisis de problemas y trabajo en equipo, el mundo del trabajo podrá enseñarle en un plazo más corto cuestiones técnicas, porque ya contará con el fundamento para incorporarlo sin tantas dificultades”, indicó en diálogo con Ecos365. “A nosotros por ahí se nos dice que trabajamos con tecnologías viejas, que los métodos de evaluación son anticuados, pero tenemos muchísimos graduados trabajando en todo el mundo con tecnología de punta que pudieron incorporar sin problemas, y eso es porque la base con la que cuentan que es de excelencia”, manifestó por su parte Fabiana Riva, investigadora de la UTN y directora de cátedra en la carrera de Ingeniería en Sistemas de Información.

Incorporar estas habilidades lleva tiempo, lo mismo que conocer los fundamentos generales de un campo de estudio, para luego poder reflexionar acerca de cuáles son los temas de interés para profundizar. Esto no se da en solo unos meses o un año, como suele requerir el mercado, que muchas veces termina colisionando con la academia. No es casual que los alumnos terminen abandonando precozmente carreras vinculadas con la tecnología, al encontrar rápido un trabajo bien remunerado. “La facultad brinda facilidades permitiendo cursar en tres turnos. Hemos hecho tutorías buscando alumnos que habían dejado en cuarto año y muchos volvieron, pero si después la empresa no le da los tiempos para estudiar se hace muy difícil”, reflexionó Riva.

Si al chico lo formás en pensamiento crítico, análisis de problemas y trabajo en equipo, el mundo del trabajo podrá enseñarle en un plazo más corto cuestiones técnicas, porque ya contará con el fundamento para incorporarlo sin tantas dificultades”, dijo Carina Olivares de la UCA Rosario

Un futuro híbrido

Sin embargo no todos cuelgan los libros. Es más, algunos aprovecharon el aislamiento para retomarlos. “Con el tema de las clases virtuales por la pandemia, a mí se me duplicó la cantidad de alumnos de mi cátedra, y no es menor que sea de tercer año, porque se trata de una instancia clave en la cual ya muchos dejaron”, destacó Riva. “Si hubiera presencialidad plena, no tendríamos dónde dar clases”, añadió. Algo similar vivieron en la UNL: “Se anotaron muchos chicos de otras localidades, y de continuar así, va a ser imposible la presencialidad plena”, sumó Miguel Irigoyen, secretario académico de esa casa de estudios. Por su parte, en la UNR están pensando cómo hacer para sostener a esos alumnos que por cuestiones de tiempo o distancia no pueden ir hasta el aula.

“Tenemos que ver cómo resguardar instancias de presencialidad ineludibles para procesos de aprendizaje, a la vez que defendemos la continuidad de muchas instancias de virtualidad, porque con la hibridez derrumbamos fronteras para que todos puedan acceder a la educación superior”, señaló Bartolacci. “La virtualidad desde esa perspectiva llegó para quedarse, y nos vamos preparando para el año que viene garantizar una combinación creativa inteligente que resguarde los derechos, porque si la universidad no se suma a los cambios, corre el riesgo de la intrascendencia, incluso siendo gratuita”, consideró. Para eso la UNR tiene en marcha una inversión de $250 millones para la construcción de aulas híbridas, incorporar servidores, campus virtual, dispositivos que se adapten a una metodología de enseñanza en línea, así como también una profunda reforma administrativa que permite hacer todas las gestiones de manera digital.

“La pandemia aceleró muchos cambios, pero lo que hubo fue una educación remota de emergencia, no una educación a distancia, que cuenta con otro proceso detrás”, resaltó Galiano y agregó que en las carreras de grado de la Austral se seguirá privilegiando la presencialidad, más allá de que algunos contenidos podrán quedar para la virtualidad. En cambio los posgrados sí podrán tener más espacio para instancias virtuales. “Allí se ve más como un valor agregado, porque aquel que por alguna razón no puede ir a la clase, sabe que la puede ver en línea o grabada”, dijo. “Tras la experiencia de este año, y con la infraestructura que se está armando, es muy probable que el aula híbrida haya llegado para quedarse, lo cual es positivo porque podremos llegar a alumnos de más lejos”, afirmó por su parte Olivares de la UCA.

“La UNR de la pospandemia será muy distinta a la de la prepandemia. Además de la educación híbrida, pusimos en marcha profunda reforma académica y pedagógica que tenga en cuenta las nuevas habilidades requeridas, sosteniendo la formación disciplinar y de valores, presente de manera transversal en todas las instancias”, explicó Bartolacci y adelantó que en noviembre se presentará el proyecto de reforma curricular. “Nos permitirá posicionarnos mucho mejor a la hora de hacer frente a los desafíos futuros”, cerró.

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