El presidente de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA), Miguel Schiariti, aclaró algunos puntos sobre la discusión pública en torno al precio de la carne y la supuesta fuerte caída del consumo. Según explicó, cuando los medios hablan de “carne”, suelen referirse exclusivamente a la carne vacuna, lo cual distorsiona el análisis general del mercado proteico en el país.
Schiariti señaló que es cierto que el consumo de carne vacuna viene disminuyendo desde hace tiempo, pero atribuyó esta tendencia principalmente a la diferencia de precios entre las tres carnes más consumidas en Argentina: vacuna, pollo y cerdo. En términos comparativos, detalló que con el valor promedio de un kilo de carne vacuna hoy es posible comprar tres kilos y medio de pollo, o dos kilos y medio de cerdo, lo que vuelve a estas alternativas mucho más competitivas para los consumidores.
A pesar de la baja estructural en la demanda de carne vacuna, Schiariti remarcó que la caída no es tan pronunciada como se sugiere. “El mes pasado el consumo aumentó 2,5%”, afirmó. El nivel actual se ubica en 49,1 kilos por habitante por año para la carne vacuna, pero asciende a 117 kilos por habitante al sumar las tres proteínas principales. De ese modo, el dirigente destacó que el consumo total de proteína animal en Argentina está creciendo, impulsado especialmente por el pollo y el cerdo.
Respecto a la dinámica de precios, Schiariti explicó que en las últimas tres semanas el novillo en pie aumentó un 21%. Sin embargo, este incremento no se trasladó completamente al mostrador. “Si miramos los datos del INDEC, solo se trasladó el 7% a las carnicerías”, detalló. Esto implica que dos tercios del ajuste fueron absorbidos dentro de la cadena, desde la producción hasta la comercialización, suavizando el impacto final para los consumidores.
Las declaraciones del titular de CICCRA buscan matizar la discusión pública en torno a la carne vacuna y aportar una visión más completa sobre la evolución del mercado cárnico en Argentina, donde los precios relativos, los cambios en los hábitos de consumo y el rol de la industria son factores determinantes.

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