El precio del oro alcanzó este 16 de octubre un nuevo récord histórico de USD 4.200 por onza, en medio de una combinación de factores económicos y geopolíticos que fortalecen su posición como activo refugio. El incremento marca un nuevo hito en la tendencia alcista del metal precioso durante 2025, con una suba superior al 25 % en lo que va del año.
Según datos de MarketWatch y la agencia EFE, el oro spot tocó un máximo intradía de USD 4.200,61, impulsado por las expectativas de que la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos comience pronto a recortar las tasas de interés. Esta perspectiva reduce el rendimiento de los activos financieros tradicionales y aumenta la demanda por metales que no generan intereses.
Además, la debilidad del dólar frente a las principales monedas y el creciente temor por las tensiones geopolíticas en Medio Oriente y Europa del Este refuerzan el atractivo del oro como refugio. A ello se suma el interés de los bancos centrales, que vienen aumentando sus compras de oro para diversificar reservas y reducir exposición al dólar.
Los fondos institucionales también están jugando un papel clave. Según reportes de Cinco Días (El País), los ETFs respaldados en oro registraron entradas récord en el tercer trimestre, impulsando aún más la demanda. En el plano técnico, la ruptura del umbral de los USD 4.000 generó un fuerte efecto psicológico y activó órdenes automáticas de compra, lo que contribuyó a acelerar el rally.
Los analistas advierten que, aunque el oro podría seguir subiendo —Bank of America proyecta un precio de USD 5.000 por onza en 2026—, el mercado enfrenta riesgos de corrección si cambian las expectativas monetarias o se disipan los factores de incertidumbre.
En los mercados emergentes, incluido el argentino, el ascenso del oro suele tener impactos mixtos: fortalece los precios de exportación de metales y commodities referenciados en dólar, pero también aumenta la presión cambiaria y la demanda de activos dolarizados, en un contexto de fragilidad macroeconómica.

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