Este año 2025 cierra con un mercado automotor argentino mucho más abierto a importaciones, especialmente de origen chino. La flexibilización de regulaciones y reducciones arancelarias (en particular para vehículos eléctricos e híbridos) permitió que la oferta de autos crezca fuertemente.
Como resultado, los “autos chinos” dejaron de ser una curiosidad para transformarse en actores visibles del mercado local. Marcas como BAIC, Haval, Foton, Chery, JAC Motors, entre otras, ampliaron su oferta, presentaron nuevos modelos y compiten en varios segmentos (SUV, urbanos, utilitarios).
Al mismo tiempo, la demanda argentina respondió —no con una migración masiva hacia lo chino, pero sí con un crecimiento suficiente como para que representen una porción creciente de los patentamientos.
Crecimiento de las importaciones y de la oferta
Entre comienzos de 2024 y mediados de 2025, la oferta de modelos disponibles pasó de 171 a 248 — un aumento del 45 %. De esos 77 “nuevos” modelos, sólo uno fue de fabricación nacional; el resto provienen del exterior.
En la primera mitad de 2025, el volumen de autos importados creció un 143,6%, muy por encima del crecimiento de los vehículos nacionales (cerca del 30 %).
Ventas de autos chinos: aún modestas pero en alza
Según datos hasta agosto/septiembre, los autos de marcas chinas representaron cerca del 1,6% del total de 0 km vendidos.
Ese share puede parecer bajo, pero dentro del universo “importados extrazona / no Mercosur” su presencia ya es significativa, y ciertos modelos concentran la atención.
Un ejemplo destacado: el Ford Territory — fabricado en China — es hoy el auto importado extrazona más vendido en Argentina, con una fuerte escalada en ventas en 2025.
Dentro de las marcas chinas, BAIC lidera con alrededor del 30 % del mercado chino en Argentina (unas 2.492 unidades vendidas entre enero y septiembre), seguida por Haval y Foton.
Mejora en posventa y servicios
La expansión no es sólo por precio o aranceles: muchas firmas chinas invirtieron en red de posventa, garantía, disponibilidad de repuestos y capacitación técnica. Esto tiende a reducir la desconfianza histórica hacia “autos chinos” por problemas de repuestos o mantenimiento.
Tensiones y desafíos para seguir creciendo
Baja cuota de mercado global: A pesar del crecimiento, los autos chinos siguen representando una porción pequeña del mercado total: 1,6 % según los últimos datos. Eso indica que aún la mayoría de compradores opta por marcas tradicionales o europeas.
Percepción de calidad, repuestos y posventa: Aunque las inversiones en postventa han mejorado, persisten ciertas dudas. Una nota reciente apunta a que la disponibilidad de repuestos sigue siendo una “traba” para quienes ya compraron un chino 0 km — lo que podría desalentar a potenciales compradores.
Competencia con industrias y fabricantes locales
El crecimiento de importaciones —no sólo chinas— tensiona a la industria nacional: producción local crece, pero en menor medida que los importados, y la proporción entre autos nacionales y extranjeros se invierte respecto a años anteriores.
Para muchas terminales argentinas, eso representa un desafío estructural: no sólo por volumen, sino por competir con una oferta diversificada, moderna y en algunos casos más económica.
Dependencia de políticas, tipo de cambio e importaciones
El avance chino depende en buena parte del mantenimiento de condiciones favorables: aranceles bajos o exenciones, tipo de cambio competitivo, disponibilidad de líneas de importación. Si estas variables se modifican —por tipo de cambio, regulaciones arancelarias, escasez de divisas— el empuje podría frenarse.
Qué se espera para 2026 — Oportunidades y riesgos
Según analistas del sector, 2026 podría ser un año de consolidación para los autos chinos en Argentina, con más competencia, posibles nuevos lanzamientos y quizás una mayor cuota de mercado.
Si las automotrices chinas logran continuar mejorando su red de repuestos, servicios, y la relación precio/calidad sigue favorable —y si el contexto macroeconómico permite mantener la apertura comercial— podrían acercarse al 5-7 % del mercado anual de 0 km. Pero eso dependerá también de la reacción de los compradores: confianza, percepción de posventa y experiencia de uso van a ser clave.
Por otra parte, los fabricantes nacionales y europeos no están con los brazos cruzados: pueden ajustar estrategias de precio, lanzar nuevos modelos, o mejorar la financiación para resistir la competencia.
Conclusiones
Para aquellos que en la cadena automotriz argentina —concesionarios, repuestistas, planes de financiación, transporte, etc.— este escenario representa una “tormenta perfecta”: nueva oferta, mayor variedad, y en muchos casos precios competitivos.
Pero también implica una reconfiguración: menor dominio de las marcas tradicionales, necesidad de mejorar servicios, repuestos y reputación. Para el consumidor —que quizás antes dudaba—, hoy hay opciones atractivas desde lo económico y funcional.
En definitiva: el año 2025 deja claro que los autos chinos ganaron piso, pero todavía están en etapa de consolidación. 2026 será clave para ver si logran transformarse en jugadores de peso sostenible, o si el mercado termina siendo un nuevo experimento pasajero.

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