El Decreto 790/2025 modifica el Decreto Nº 1812/1992, estableciendo nuevas disposiciones para la importación de productos alimenticios de origen animal y vegetal en Argentina.
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) asume la responsabilidad de realizar controles higiénico-sanitarios y bromatológicos previos al ingreso de productos no acondicionados para la venta directa. Los productos alimenticios acondicionados para la venta directa estarán sujetos a controles posteriores a su ingreso, facilitando así el proceso de importación.
Esta normativa busca optimizar trámites administrativos, mejorar la eficiencia en la supervisión sanitaria y garantizar la seguridad alimentaria. El decreto también establece criterios claros para la verificación de documentación sanitaria, impactando directamente en importadores y consumidores al asegurar la calidad de los productos en el mercado argentino.
En estos meses venimos transformando de raíz la industria de alimentos argentina para llevarle alimentos de mejor calidad y más baratos a los argentinos. Hoy con el Decreto 790/25, con firma del Presidente @JMilei, el Jefe de Gabinete @madorni, y los ministros @LuisCaputoAR y… pic.twitter.com/HEzDrEQwiQ
— Fede Sturzenegger (@fedesturze) November 11, 2025
"Hoy con el 790/25 que actualiza el Decreto 1812/92, que regulaba los controles sanitarios de importación desde hace más de tres décadas, cerramos el círculo ya cubriendo todo el espectro de alimentos y compatibilizándolo con el 35/25", indicó Federico Sturzenegger en su cuenta oficial de la red social "X".
"El nuevo esquema simplifica los procesos para los controles, fijando plazos concretos y breves, y concentra los controles posteriores al ingreso a plaza únicamente en lo que importa: inocuidad y salubridad (elimina todos los controles de calidad que son atributos que debe evaluar el mercado)", destacó Sturzenegger.
Aún en estos temas, los alimentos con certificaciones emitidas por países del Anexo III del Decreto 2126/71 (alta vigilancia) quedarán exceptuados de controles duplicados, y los esfuerzos del Estado se enfocarán en un criterio basado en riesgo, priorizando inspecciones donde realmente se justifican. De este modo, logramos un sistema más ágil, previsible y eficiente, que reduce costos y elimina superposiciones entre organismos. Menos burocracia son más alimentos y más baratos y más exportaciones. En definitiva más libertad.

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