Le pusieron Testicuzzi, sí. Y es un invento pensado especialmente para los hombres, para que encuentren placer y serenidad de una forma rápida y sencilla. Se trata de una especie de bañera en miniatura con hidromasaje y tecnología de última generación, diseñada especialmente para que los testículos reposen en un suave masaje de burbujas y agua caliente. O sea, un jacuzzi para las partes íntimas. Parafraseando un viejo dicho popular, como para poner las “bolas en remojo”.

En la página web del producto, se explica que no se trata de un juguete erótico, sino más bien de un dispositivo similar a un bidet, pensado para que solo entren los genitales masculinos.

El aparato es muy pequeño, pues cabe en una mano. Hay de distintos colores y también los precios son variados. Hay uno bañado en oro que cuesta casi 600 mil pesos argentinos. Pero los hay también de 40 dólares.

En el sitio oficial del producto aseguran: ‘"Es la solución perfecta para las personas cuyos testículos son los más afectados por su estilo de vida: si eres un ciclista apasionado, un deportista entusiasta o incluso un jinete, el Testicuzzi es la bañera de hidromasaje para ti’.