El gobierno de los Estados Unidos confirmó que, desde el 26 de enero, comenzará a ser obligatoria la presentación de un análisis negativo de coronavirus para poder ingresar al país. La medida abarcará tanto a los turistas, como a aquellos ciudadanos norteamericanos que quieran regresar.

“Las pruebas no eliminan todos los riesgos, pero al ser combinadas con un período de aislamiento y precauciones diarias, puede hacer que los viajes sean más seguros”, señaló el director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, Robert Redfield.

De esta manera la orden es que, todos los aviones que tengan intenciones de aterrizar en suelo estadounidense, garanticen que sus pasajeros cuenten un hisopado negativo dentro de los tres días previos a la fecha del viaje. En el caso de tratarse de pacientes que ya hayan tenido la enfermedad, quedan eximidos de hacerlo.