Uno, dos, siete al final de la tarde. Entrar y salir de locales de ropa con las manos vacías. El cuerpo cansado y transpirado, el corazón en la mano. No encajar en los talles que el mercado textil ofrece es doloroso, estresante y desmotivador. También puede ser caro, pero sobre todo y aunque quede invisibilizado, es un acto de injusticia que deviene en un derecho vulnerado.

El derecho a vestirse.

Los talles de indumentaria en Rosario al igual que en el resto del país, actualmente, no pertenecen a una tabla de medidas de cuerpos argentinos, sino que se utilizan dimensiones de otros países. Esto, sumado a las limitaciones de la industria y la imposición de estereotipos físicos desvinculados de la realidad, provoca que la mitad de la población no de en “el talle”, es decir, cuando intenta comprar una prenda, no le queda. De acuerdo a la organización social Anybody que desarrolla estudios en este sentido, la respuesta a esta situación habitual es considerar que el cuerpo propio es incorrecto y con ello, deviene una variedad de sensaciones negativas y autodestructivas. A fin de terminar con este verdadero flagelo –que azota mayormente a las mujeres en nuestro país– empujó junto a otras ONG´s y sectores sociales, la sanción de la ley N° 27.521, llamada ley de talles, que establece un “Sistema Único Normalizado de Identificación de Talles de Indumentaria” (Suniti) a cargo del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti) que actualmente lleva adelante el Estudio Antropométrico Nacional Argentino (EAAr) en todo el país, aunque no en Rosario. La idea es descubrir los talles reales que necesitan argentinos y argentinas.

En busca del talle perdido

“Tenemos una mirada federal por lo cual vamos cubriendo distintas partes del país en función de los parámetros en los que se basa este estudio antropométrico que es una norma que se aplica en 60 países del mundo. Esa representatividad, para Argentina, implica que 15 mil voluntarios y voluntarias participen desde los 11 años en adelante y en todos los géneros de nuestro estudio antropométrico para hacer la base de sustentación de la tabla de talles argentina”, sostuvo Rubén Geneyro, presidente del Inti en diálogo con Rosario3. Consultado sobre por qué no se miden los cuerpos rosarinos, respondió: “Hubo una definición del equipo técnico del Inti para tener una representatividad de todas las regiones del país. En el caso de la provincia de Santa Fe –advirtió– se desarrolló oportunamente en Rafaela como sede principal en lo que hace a la región centro. Próximamente estaremos en Paraná y ya se ha hecho en Córdoba”.

El Estudio Antropométrico Argentino (EAAr) busca ofrecer un nuevo estándar, que permitirá ajustar la tabla de talles de indumentaria a la morfología real de los habitantes y, de esa manera, unificar el criterio de la industria local, de acuerdo a fuentes oficiales. Las medidas se toman a través de un escáner 3D que genera una imagen virtual del cuerpo completo en un lapso de entre 10 y 15 segundos. Para lograrlo, esta tecnología única en el país cuenta con 16 cámaras infrarrojas que pueden realizar hasta 400 mediciones con un solo escaneo. Hasta el momento, se relevó aproximadamente un 60% de la muestra nacional, con mediciones tomadas en diversos puntos del territorio.

“El objetivo –señaló Geneyro– es dar respuesta a una demanda social, que la indumentaria sea un tema de inclusión y no de exclusión como se da actualmente. Algunas encuestas que han hecho organizaciones civiles manifiestan que más del 60 % de las personas tiene dificultades en encontrar indumentaria de acuerdo a su cuerpo. Esto lo que hace es avanzar en derechos de consumidores y consumidoras. Es importante que nadie se sienta excluido al querer comprar cualquier indumentaria y que por su cuerpo no la encuentre. Es un proceso de un nuevo derecho, habrá una adaptación de la industria, de los comercios y de todo el sistema vinculado”, expresó.

El problema no sos vos

Anybody acompaña este cambio social en el país. Promotora de la ley de talles, ahora sigue de cerca la elaboración del estudio que busca las formas reales de la población. Mercedes Estruch integra esta organización desde la cual celebran los pasos dados y están expectantes en el posterior proceso que consistirá en la conformación de una flamante tabla de talles. En contacto con Rosario3, consideró que “la problemática del acceso a la vestimenta es clara: hay 7 de cada diez personas en Argentina que manifiesta tener siempre problemas a la hora de encontrar ropa en su talle. Y cuando se indaga en cómo eso repercute en la vida cotidiana y en la salud mental de las personas es bastante preocupante”. De acuerdo a lo que expuso, “el 50% de las personas lo primero que hace al no encontrar talle de ropa es cuestionar su cuerpo, esto quiere decir que vivimos en una sociedad en donde ante un problema con un servicio y un derecho como es el de vestirse, no encontramos en el mercado algo que nos quede bien y en vez de tender a cuestionar la marca por no tener la suficiente variedad del producto que necesitamos para que nos entre nos cuestionamos a nosotros mismos”.

Para Estruch “esto tiene que ver con que vivimos en una sociedad que es completamente gordofóbica, y que ejerce violencia estética a sus ciudadanos en general pero, sobre todo a sus femenidades en particular, con esta idea de que tenemos que estar constantemente nosotros como consumidores y usuarios, adaptándonos a la poca oferta que nos ofrecen desde la industria textil. La ley –advirtió entonces– viene a proponer una industria de nuestra región y en nuestro país que hasta el momento no se hacía. Las tablas de talles y referencias que actualmente existen pueden ser europeas o asiáticas de 20 o 30 años que son las clásicas o son tablas de talles que los emprendedores arman al tuntún, o cada marca o cada empresa realiza a su gusto porque no hay ningún tipo de regulación colectiva”, indicó.

La organización, que efectúa encuestas nacionales sobre la problemática, lo tiene claro. La imposibilidad de adquirir prendas deseadas y necesarias provoca un trauma. “Las personas no solo cuestionan sus cuerpos que ya es un montón, sino que se quedan tristes. Pero no solo es eso, esto los lleva a hacer diferentes cosas. Lo que refieren en nuestra encuesta es que esta situación los lleva a imponerse una dieta restrictiva, pero hay otros datos que son alarmantes. Según los resultados de este año que aún no se publicaron, un diez por ciento de las y los encuestados, es decir uno de cada 10 de les encuestades, hace una restricción total de los alimentos o ejercicio físico extremo”, precisó y profundizó en ese sentido: “Esto quiere decir que está totalmente naturalizado e incluso fomentado en nuestra sociedad que, ante no entrar en una determinada ropa, el problema sos vos y que encima con ciertas conductas que son peligrosas, pero abaladas socialmente, podés lograr entrar, y se deja por fuera cualquier cuidado de la salud integral. Y eso es una de las cosas que más nos preocupan desde nuestra organización, cómo la naturalización del odio corporal existe en nuestras sociedades y la no contemplación del daño que genera en la salud integral de las personas”, remarcó.

Mucho mejor

En Rosario es cada vez más amplio el acceso a distintos talles, sobre todo, de la mano de emprendimientos y pequeñas marcas. Así lo destacó Florencia, modelo modelo plus size hace cinco años, quien ve con buenos ojos el avance de la ley de talles aunque esperaba que el estudio antropométrico se hiciera en Rosario también. “La relación de los accesos a diferentes talles que estamos teniendo a veces es un poco problemática, tenemos marcas que tienen talles parecidos y otros directamente no, es decir, por ejemplo, la otra vez entré a una marca de ropa ilusionada con encontrar una bikini dónde decían "talles hasta el 5XL" y resulta que ese talle tenía 116 de cadera ¡Una locura! Esa medida la puede tener un XL, pero ¿5xl? Y en Rosario estoy bastante sorprendida de que cada vez haya más marcas con talles, si bien son pocos para estar comparado con Córdoba o Buenos Aires, estoy feliz de que cada vez se amplíe más las marcas, la inclusividad y diversidad de talles. Hasta marcas de lencería que hasta hace unos años era muy difícil de conseguir y hoy en día hacen a medida”, expresó.

Florencia encontró en el modelaje un oficio y una forma de ruptura hacia una vida mejor. “Empecé contratando a una fotógrafa para sacarme la mochila de encima de mis propios prejuicios que muchas personas pudieron sobre mi "que tener un cuerpo diferente". Estaba mal, hasta el día de hoy cuesta ser aceptado, luego empecé con mi página en Facebook, en menos de dos semanas de haber sido creada tuve dos propuestas de marcas diferentes para que modele su ropa. Luego en junio del 2017 me hice viral en Facebook, con muchos comentarios negativos, y ahí empezó todo”, contó a modo de presentación. Tras estudiar y profesionalizarse, hoy desarrolla su propio workshop de modelaje: “La verdad es que estoy feliz de haber encontrado este camino que me dió y me da tanta felicidad como satisfacción, desde el modelaje y el activismo body positive”, confió.

Sin embargo, consideró que el cambio debe ser social “Mejorar es encontrarse con marcas que no te vendan un remerón con la excusa de «es lo que único que tenemos para vos» cuando en realidad hay muchos emprendimientos a lo largo del país donde encontramos talles para todos. Es necesario buscar y buscar esas marcas, en mi Instagram hay un directorio con marcas de Rosario y todo el país, dónde encontrar todos los talles”, observó y concluyó: “Cada cuerpo es totalmente diferente y no todos entramos en esos talles. A muchas personas nos ha condenado el talle único”.