Una tablilla de piedra caliza, valuada en una fortuna, desapareció de la tumba de Khentika, un acaudalado funcionario durante el reinado del faraón Pepi II (2284-2216 a.C.) de la sexta dinastía. La tumba había estado sellada y se utilizó como almacén de antigüedades desde su descubrimiento en la década de 1950.

El secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades egipcio, Mohamed Ismail Jaled, confirmó que se tomaron "todas las medidas legales necesarias" y que la Fiscalía investiga la desaparición. Un comité arqueológico fue formado para inventariar el contenido de la tumba y determinar las circunstancias del robo, según publicó el diario El Mundo de España.

Este incidente se produce en un contexto en que Egipto enfrenta problemas de saqueo y tráfico de piezas arqueológicas. Recientemente, las autoridades detuvieron a cuatro personas acusadas de robar un brazalete de oro de más de 3.000 años de antigüedad del Museo Egipcio de El Cairo.

La apertura del Gran Museo Egipcio, prevista para el 1 de noviembre, podría ser una oportunidad para que Egipto exhiba su rica herencia cultural y tome medidas para proteger su patrimonio arqueológico. El museo albergará más de 57.000 objetos que muestran diferentes etapas de la civilización faraónica.