Las nuevas dueñas del mítico bar Rojo, uno de los últimos reductos de la movida cultural rosarina, temen perder para siempre el emblemático local. Desde que murió el último de los dos socios y ellas heredaron la esquina, lo pusieron en alquiler pero, denunciaron, la inquilina no paga desde octubre, destrozó el lugar, se robó dos heladeras y se rehúsa a abandonar el inmueble. Las denuncias las tienen los fiscales Marcelo Vitola y Damián Cimino.

Lorena, hija de una de las dos dueñas, contó que alquilaron por inmobiliaria los dos locales de Necochea y Riobamba que componen “El Rojo”, como se conoce desde hace más 40 años ese lugar que supo acoger a artistas emergentes y a grandes figuras del espectáculo local y nacional. De hecho, fue distinguido por el Concejo municipal en 2017 y declarado, cuando aún vivían sus dos fundadores, Rodolfo Scampino y Jorge Kronfly, “bar tradicional”.

La distinción fue impulsada por la entonces concejala Daniela León. (Foto: Concejo de Rosario)

La mujer contó que cuando lo alquilaron, para sumar la renta a las jubilaciones de las herederas, estaba listo para reabrir como bar cultural, con la cocina equipada y el salón también, con sus mesas y sillas. Sin embargo, nunca lo hizo o si lo hizo duró muy poco. Dijo que la inquilina cerraba el bar para hacer fiestas clandestinas y que los vecinos se quejaban del ruido.

En octubre del año pasado, precisó, dejaron de abonar el alquiler y la inmobiliaria –continuó Lorena– no quiso hacerse cargo de intervenir. Judicializaron entonces el reclamo. Señaló que en junio último un oficial de Justicia constató el abandono del lugar pero que no puede acceder a la propiedad para arreglarla porque la Justicia tiene retenida la llave y la inquilina, que adujo que vivía ahí con su hija menor de edad, se niega a irse. Pero para Lorena esto es imposible porque no es una propiedad residencial.

Así las cosas, las herederas están desesperadas por la acumulación de deudas y la propiedad que se viene abajo, además de la tristeza por ver caer el legado de Rody y Jorge que casi medio siglo atrás se animaron a revolucionar República de La Sexta –y la ciudad– con el primer café concert.