Este fin de semana se detectó una fiesta electrónica en Armstrong. En rigor, estaba habilitada por la Municipalidad, pero no por el gobierno provincial que todavía no permite eventos de este tipo en ninguna localidad del territorio santafesino. En esa fiesta, una mujer de 30 años cayó intoxicada y tuvo que ser trasladada a un sanatorio privado de Rosario. El evento, fue promocionado y denunciado al mismo tiempo. Desde el gobierno provincial realizaron una fuerte crítica a los fiscales quienes no dieron ordenes a tiempo a la policía para prevenir este evento.

En contacto con el programa A diario, el secretario de Seguridad Preventiva de Santa Fe, Diego Lluma, cuestionó al Ministerio Público de la Acusación (MPA) que no atendió a tiempo la denuncia.

El evento fue promocionado con anticipación por la presencia de un DJ británico y contó con la aprobación de la Municipalidad de Armstrong. El cupo era de 800 personas. Sin embargo, el evento en cuestión no cuadraba con la figura del espectáculo público, sino con la de fiesta electrónica, aún prohibida.

“Por más burbujas y protocolos de papel que quieren dibujar, (una fiesta de) 800 personas no está permitida”, afirmó.

“Hay denuncia formalizada previa a la realización del evento, una respuesta de los fiscales y luego consultas permanentes”, reconstruyó Lluma y advirtió que no obtuvieron respuestas contundentes. El funcionario señaló que ni el fiscal de Flagrancia ni el Regional ordenaron ninguna intervención y que la respuesta del MPA se limitó a “Lo estamos evaluando”.

Necesitamos con la prevención que no ocurra el contagio masivo, no que cuando ocurre tengamos que intervenir sobre la marcha porque ya es tarde. Esperamos que haya una respuesta contundente del poder público que es el que le tiene que decir a la policía «Obre de esta forma»”, reclamó.

En este caso, advirtió, se agrega el caso de la joven intoxicada por sobredosis y señaló que, en primera instancia, parecía estar previsto incluso el consumo de drogas sintéticas. Dijo que se dispusieron 14 dispensers de agua.

“Renglón aparte está el problema del uso de drogas sintéticas o recreativas que terminan siendo un veneno”, dijo.