El reconocido psicoanalista Gabriel Rolón presentó su nuevo libro "El duelo (cuando el dolor se hace carne)" en Radio 2 y se refirió a las pérdidas ocurridas durante la pandemia del coronavirus. Señaló que el duelo, en este marco, "fue más duro" y en el caso de la muerte, "extremadamente más duro" que antes. Afirmó que cuando se logre salir de esta situación epidemiológica, los consultorios "van a estar plagados por duelos traumáticos".

En una extensa entrevista brindada en el programa Esto se baila así, Rolón comentó: "Si en esta pandemia detuviéramos el tiempo para analizarla diríamos que se perdieron muchas cosas. Desde gente que se murió hasta encuentros, reconocimientos que no tuvimos. Es un momento angustioso para todos, de incertidumbre. No sabemos cuánto más vamos a perdernos porque esto no terminó; no sabemos cuánto y qué vamos a tener que velar".

"Hay que estar lo más tranquilo que se pueda y aprovechar cada pedacito de placer porque es lo único que mantiene en equilibrio a una psiquis angustiada", agregó el psicoanalista.

Rolón sostuvo que en pandemia se perdió "el primer paso" para hacer el duelo, que es el ritual. "Nos hemos quedado sin rituales. Muchos perdieron a sus seres queridos y no pudieron verlos y vieron sus cenizas un mes después. Ahí se genera culpa por no poder ver a la persona, por no poder velarla y recibir condolencias, abrazos. Todas esas cosas indispensables para comenzar un duelo no estuvieron. Y además, en una soledad extrema", aseveró.

"Afirmo sin temor a equivocarme: cuando todo esto se aplaque, nuestros consultorios van a estar plagados por duelos traumáticos", aseguró.

Para el licenciado, el duelo en pandemia fue "más duro. Ni te cuento si te abandonaron y estás en aislamiento y no podés verte con amigos, familiares, seres queridos. Y si hablamos de una muerte, es extremadamente más duro".

"El duelo es sobre algo que no está; cualquier separación nos pone en situación de duelo. No cumplir un sueño laboral, romper la relación con una pareja, la pérdida por muerte de un ser querido. Cada uno lo atraviesa como puede, con sus herramientas. Y hay que entender que hay que atravesarlo. Y si esas herramientas no alcanzan hay que pedir ayuda porque si no hay dos fantasmas: depresión o melancolía", expresó.

Para Rolón, la cicatriz del duelo "es el recuerdo. El duelo es el trabajo de construir un recuerdo. Cuando perdés algo o alguien, una presencia te reclama y no te deja en paz".

"De algún modo uno se puede preparar para un duelo, pero nunca se puede estar preparado para que duela menos. Sí para que no te genere un trauma. Un trauma es cuando uno no tiene preparación para enfrentar una situación dolorosa. Es el horror", explicó.

Según el profesional, un año es considerado un parámetro para evaluar si se necesita ayuda después de un duelo. "Si estás parado en el mismo lugar, estás en problemas y tenés que pedir ayuda. No es que no te tiene que doler. Pero al comienzo si no querés salir de tu casa se entiende; ya cuando pasa un largo tiempo y sostenés la misma actitud, es porque necesitás ayuda", concluyó.