El carisma, el talento y la alegría de uno de los pochocleros de Mar de Ajó y San Bernardo se adueñó de estos dos balnearios esta temporada. Se trata de Facundo Chocobar, un joven bailarín de 24 años que, además de la danza, se desempeña como vendedor de pochoclo en la costa argentina. Pero lo que lo hace distinto a Facundo del resto de los vendedores ambulantes, es que fusionó su pasión con su trabajo y le saca una sonrisa a más de uno. Hace de cada jornada de venta con su carrito, un momento a pura música, aplausos y “pasos prohibidos” a la orilla del mar. 

Lo cierto es que no hace falta verlo en vivo para ver la destreza del joven al bailar mientras vende pochoclos. Facundo compartió en sus redes sociales videos de sus coreografías de funky —el género que baila— y no tardó en viralizarse. En conversación con Podría ser peor (Radio2) contó cómo surgió la idea, cuál es la devolución de la gente y aseguró que desde que lo hace, “se duplicaron las ventas”.

Facundo nació en Quilmes, Buenos Aires, se formó en una escuela de Porto Seguro, Brasil, y es cinco veces campeón mundial de la especialidad. Actualmente integra la compañía de baile Paula Amoedo y se desempeña como profesor en Maravillarte Studio, en Capital Federal. También trabaja como instructor en un gimnasio y es personal trainner.

“Todo empezó de forma natural. Quería hacer algo diferente en la playa, traerle alegría a las personas. Quería romper estructuras, que me vean como un vendedor ambulante random”, contó. 

Sobre la primera vez que lo hizo, recordó: “Llegué un día y puse música. A la gente le llamó mucho la atención, se coparon y empezaron a hacer palmas. Se entusiasmaron”. De acuerdo a lo que explicó el “pochoclero bailarín”, como lo llaman en las redes sociales y en la playa, recorre 5 kilómetros por día y sus coreografías son creadas por él. 

Al ser consultado por su sueño en esta vida, sin dudarlo, respondió: “Mi sueño es poder vivir del baile, de la danza. Siempre dije «hay que luchar por lo que a uno le llena el alma»”.

Según contó el joven, con la iniciativa del baile, la gente “además de comprar pochoclo, agradecen por la música, el baile y la alegría”.