La última revolución de los churros para estas fiestas de fin de año es "una edición limitada" con relleno de vitel toné que alimentó una de las pasiones argentinas: la grieta en las redes sociales.

La tradicional churrería El Topo anunció la novedad desde su cuenta de Twitter y no pasó desapercibida: hubo quienes los felicitaron y pidieron probar el bocado mientras que otros lo rechazaron y hasta pidieron cárcel para los creadores.

Juan Manuel Navarro, dueño de la cadena nacida en Villa Gesell, con presencia en Buenos Aires y varias localidades de la costa atlántica, explicó en el programa A diario (Radio 2) que innovar con gustos distintos y mezclas ya es una práctica que lanzó su padre con los churros con queso roquefort hace muchos años.

"Para la vigilia de Semana Santa hicimos unos con atún y kanikama que tuvieron buena respuesta en el mostrador pero no generaron esta reacción en las redes sociales", comentó Navarro.

"Seguimos el ida y vuelta en Twitter, es como un libro de quejas abierto y donde contestamos todo", dijo y argumentó: "El churro es una masa salada, es un pan frito. Si uno moja el vitel toné con un pancito, tranquilamente lo puede comer en un churro".

Navarro aseguró que amigos, familiares y empleados probaron la variante y "a todos les encantó". Recordó que además de esta edición limitada hacen otros con humus, con palta o con jamón y queso: "Todo lo que se puede poner en un pizza se puede hacer en un churro".