El presente entrega postales que quedarán en la historia, como la desolación del mítico teatro El Círculo, donde desde marzo los espectadores no pueden entrar. Una costumbre que se puso en pausa y obligó a reprogramar presentaciones. Adentro, butacas vacías, pasillos desiertos, escenario en silencio, pero cientos de socios que colaboran para mantener vivo su espíritu. Una recorrida por el emblemático lugar y la proyección de cómo será la vuelta del público
A poco de cumplir sus 116 años de vida, sala de El Círculo luce vacía por completo aunque el aporte económico de 700 socios, más el trabajo del personal de mantenimiento, hacen que permanezca en óptimas condiciones.
Cuando se armó la agenda del 2020 nadie imaginó que se tuvieran que postergar presentaciones como Ara Malikian, Miguel Mateos, Dios Salve a la Reina con los 50 años de Queen, el chaqueño Palavecino, la puesta en escena de Madama Butterfly, la ópera de Giacomo Puccini, la obra Pies Pa’ Volar inspirada en la figura de la pintora mexicana Frida Kahlo, y otras orquestas internacionales. Pero pasó.
En la primera quincena de marzo se interrumpió la actividad. Los pasillos dejaron de tener tránsito de espectadores, las butacas se vaciaron y el escenario quedó vacío. El lugar que supo albergar al Congreso de la Lengua en 2004 se quedó sin palabras: sin gente que hable, que exprese, que grite, que llore o tan solo transite la zona de camarines. Sin los ensayos de comedias musicales y presentaciones de mitad de año, sin los bailarines de la Academia de Ballet Clásico Ruso y la Ópera de Rosario. Sin turistas ni escolares de vista guiada.
“Es muy triste ver todo cerrado, esto es algo que nunca nos ha pasado”, cuenta Marcelo Aronna, administrador del teatro. Después de años de trabajar en el lugar se sorprende a cada paso por el presente que le toca vivir a la sala: “Solamente tenemos dos personas que están de guardia mínima más personal de mantenimiento y limpieza”.
Sin el alquiler de la sala, uno de los principales ingresos, el mantenimiento de. teatro se logra gracias al aporte de 700 socios que mensualmente colaboran con 500 pesos cada uno, más los auspiciantes y sponsors que permiten tener al personal con su sueldo al día.
El plan de ir al teatro un viernes o sábado por la noche se truncó. “Es muy triste ver la sala así, es un vacío muy grande”, agrega Marcelo desde el escenario frente a las 1480 ubicaciones que tiene entre palcos, tertulia y paraíso.
Cómo será volver al teatro
Pensar el regreso está entre los planes de muchos, incluso de quienes nunca entraron a un teatro. Quienes pasan por su puerta y lo ven cerrado, miran con nostalgia y se preguntan cuándo podrán volver a pararse sobre Laprida a hacer fila, comprarle algo al vendedor ambulante, bajarse rápido del taxi para no llegar tarde, o cantar el tema favorito con otros fanáticos del artista que en minutos tocará.
Lo cierto es que presentaciones que fueron suspendidas en marzo y abril tienen reprogramación para los meses de agosto y septiembre, aunque las normas del gobierno dirán cuándo se podrán llevar a cabo.
Se cree que en esas fechas al menos podría imitarse lo que países como España e Italia piensan implementar: abrir el teatro pero que solamente pueda ocuparse un tercio de su capacidad (cerca de 500 espectadores en el caso de El Círculo), que se sienten distanciados por al menos dos butacas, cada uno con su tapaboca, alcohol en gel y sin folletos o el clásico programa. La distancia entre los acomodadores y el público será fundamental, y los protocolos de ingreso y salida se ajustarán para evitar aglomeraciones.
Será una de las salidas posibles pensadas para fines de agosto o inicios de septiembre. Ya en ese momento, el teatro habrá alcanzado su 116 aniversario, en un momento que quedará para la historia como el año en que no se pudo levantar el telón.



