Poco después de la triste noticia este martes de la muerte de Lolín Rigoni, la última Madre de Plaza de Mayo de Neuquén, se conoció el fallecimiento de Enriqueta Maroni, expresidenta del organismo y nombre emblemático: fue el rostro y la voz, en pleno Mundial 78 –y plena dictadura– que denunció al Ejército argentino ante la televisión holandesa de haber secuestrado a dos de sus hijos. Murió sin saber qué pasó con Juan Patricio y María Beatriz.

Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora confirmó este miércoles temprano la muerte de Maroni, que condujo el organismo entre 2022 y 2024.

“Enriqueta sostuvo durante décadas una lucha inclaudicable por la memoria, la verdad y la Justicia, tras la desaparición de sus hijos, Juan Patricio y María Beatriz Maroni, militantes de Montoneros secuestrados el 5 de abril de 1977 junto a sus parejas. Su voz serena, su dignidad y su compromiso incansable la convirtieron en un ejemplo para varias generaciones”, la despidieron desde Madres en un posteo en redes sociales que acompañaron con una entrevista de Memoria abierta.

Maroni fue docente y su figura trascendió por ser una de las Madres de Plaza de Mayo entrevistadas por la televisión holandesa en una de las rondas frente a Casa Rosada mientras se jugaba el Mundial de Fútbol.

A nuestros hijos nos han robado, nunca jamás supimos más nada de ellos. El Ejército lo ha hecho. ¡El Ejército!”, acusó en su recordado testimonio.

Su hija María Beatriz, de 23 años, y su hijo Juan Patricio, de 21, fueron secuestrados el 5 de abril de 1977 junto a sus parejas por un grupo de tareas del Primer Cuerpo del Ejército, al mando del general Suárez Mason. Estuvieron cautivos en el centro clandestino de detención “Club Atlético”. La esposa de Juan Patricio fue liberada días después, pero él, su hermana y su esposo, Carlos Alberto Rincón, permanecen desaparecidos.