El estado calamitoso del arroyo Ludueña a pocos metros de su desembocadura en el río Paraná, en la zona norte de la ciudad, genera preocupación y asombro. Una gran cantidad de botellas de plástico, animales muertos y otros residuos, acompañados de un olor nauseabundo, se apoderan del paisaje sobre el curso de agua, a un mes de la firma de un convenio entre la Universidad Nacional de Rosario (UNR), el Concejo Municipal y la Procuración General de la Corte de Santa Fe para investigar la contaminación en el lugar y evaluar su saneamiento. 

Pese a esto, las imágenes mostradas este miércoles al mediodía en el programa De 12 a 14 (El Tres) y el relato de la periodista Almudena Munera dejaron en evidencia, una vez más, la contaminación del arroyo, la basura acumulada y la inacción de las autoridades frente al problema

Diego Acevedo forma parte de una de las guarderías náuticas que hay en la zona y explicó que es “habitual” observar esa enorme cantidad de basura y contaminación cuando baja el nivel del río Paraná. Incluso, los propios trabajadores se encargan, a veces, de limpiar los residuos, pero sostienen que luego los vecinos del lugar se quejan porque los dejan en los contenedores cercanos. 

“En todas las bajantes pasa lo mismo. Se desprenden del entubamiento las cosas que están apretadas y, apenas sopla un poco de viento, llegan hasta la desembocadura. Cambia el viento y vuelven a entrar al arroyo”, expresó. 

El trabajador dijo que organizaciones ambientales fueron reiteradas veces a limpiar, pero no tiene conocimiento de que se hayan sumado a esas acciones autoridades provinciales o municipales, pese a que a fines de abril se firmó un convenio entre la UNR, el Concejo y la Procuración General de la Corte de Santa Fe para investigar la contaminación del arroyo y evaluar su saneamiento

En el mismo trayecto del arroyo, desde el shopping hasta su desembocadura en el río, han aparecido en ocasiones cientos de peces muertos, como sucedió en febrero de este año después de una tormenta. Además, el agua tomó un color verde extraño.

En aquel momento, Matías De Bueno, abogado especialista en Derecho Ambiental de la UNR, expresó que no hay un “control exhaustivo de lo que pasa dentro del entubamiento del arroyo” y reclamó “decisiones políticas ambientales necesarias”. 

“Es desagradable y posiblemente no sea saludable para los clientes, las lanchas bajan y salen a remo para pasar los 20 metros de bloqueo de la basura”, detalló Acevedo, quien trabaja en la zona desde hace 35 años.