La causa de la nena de 12 años abusada y embarazada por su padre en la pequeña localidad santafesina de Garibaldi provocó una conmoción generalizada. Si bien había trascendido que la mamá de la menor de edad también era maltratada por el hombre —que continuará en prisión preventiva mientras avanza la investigación—, durante la última audiencia se revelaron detalles de los abusos, maltratos y violencia que ejercía el acusado también contra sus otros cuatro hijos, según publicaron medios santafesinos.

La investigación quedó a cargo de la unidad de Violencia de Género del MPA liderada por Alejandra Del Río Ayala, quien señaló que "el acusado no permitía que ningún integrante de la familia saliera del campo" y que existió "violencia psicológica, física, sexual, simbólica y económica".

Conforme con ello, reveló que a los otros hijos, todos varones, los obligaba a trabajar en el campo desde muy chicos, lo que permitiría pensar en una explotación laboral infantil. Además, los sometía a golpes con palos y cadenas.

El imputado no quería que su esposa trabaje ni que tenga teléfono celular. Tampoco quería que sus cinco hijos asistan a la escuela. Fue en 2021 cuando la comuna de Garibaldi intervino en el caso porque los chicos dejaron de asistir a la institución. La fiscal relató que la mujer pudo escapar de esa situación de violencia extrema y refugiarse en una casa de amparo en una ciudad cercana al campo para después, con ayuda de la Comuna de Garibaldi, trasladarse a una casa. 

Fue en esa nueva convivencia cuando la madre de la nena de 12 años comenzó a observar cambios en su hija y decidió llevarla a un centro de salud. Primero sospecharon de problemas en el riñón hasta que le realizaron un test de embarazo que, finalmente, dio positivo.

Es en el mismo centro de salud donde se le realizó el test, fue cuando le pequeña habría confesado: "Fue papi".

En la misma audiencia, también trascendió que la nena contó que cuando la mamá se iba con los hermanos para buscar comida para los chanchos o leña, ella quedaba sola con el padre, momento en los que se efectuaban los abusos sexuales.

"Lo único que manifiesta es el deseo de poder volver a jugar en la pileta con sus amigas, actividad que descubrió hace poco tiempo cuando pudo salir de la violencia de su papá", relató Del Río Ayala.

Según expresó la funcionaria este caso se trata de "una situación de violencia de género que es histórica y extrema".

Según contaron medios santafesinos, una vez que terminó la audiencia, la fiscal se refirió la existencia de "muchos" antecedentes de violencia intrafamiliar y "fueron objeto de las argumentaciones en audiencia y parte de lo que el juez utilizó para dictar la prisión preventiva".

El hombre fue imputado por abuso sexual con acceso carnal calificado por el vínculo, la guarda y convivencia, delito que tiene una pena que va de ocho a 20 años de prisión. En tanto, la niña se encuentra a resguardo del Estado después de los sucedido con Grávida, que intervino para impedir la interrupción voluntaria del embarazo.