Los ocho jóvenes detenidos por el crimen de Fernando Báez Sosa, el joven asesinado el 18 de enero último en la localidad balnearia de Villa Gesell, se encuentran en la alcaidía de Melchor Romero, "donde tienen un tratamiento de cierto privilegio", contaron Rolando Barbano y Luciana Geuna en Telenoche (El Trece).

"No están con la población común de la cárcel, sino que están en un pabellón donde hay celdas para dos personas. Esto es un privilegio en términos carcelarios. Cada uno de los ocho rugbiers detenidos duerme con uno de sus amigos o compañeros, por lo cual no tienen contacto con otros presos", señaló Barbano.

"Salen tres horas por día al patio para recreación y los sacan en un momento en el que no están los otros detenidos. A veces les toca de mañana, otras, de tarde", continuó.

"Ahora no tienen visitas por el coronavirus, pero sus familiares les llevan comida todos los jueves. En general, les llevan medialunas porque dentro del penal no pueden acceder a eso de ninguna otra manera", expuso el periodista.

"Lo que sí tienen que hacer, no les queda otra, es desayunar, almorzar, merendar y cenar la comidas que les dan en la cárcel. Desayunan y meriendan infusiones (té o café) y pan con mermeladas. Para el almuerzo y la cena tienen milanesa de pollo con arroz, risotto, milanesa de carne con ensalada de repollo, tomate y lechuga, pata y muslo de pollo con papas al horno, y el postre es gelatina o flan. Dicen que reciben un catering, pero no te puedo asegurar que también lo reciban el resto de los presos", cerró Barbano, ante la sorpresa de Luciana Geuna y de todos.

La causa, según publica el sitio de El Trece, tuvo a principios de mes nuevas pruebas que complican a dos de los rugbiers acusados, debido a que la fiscal Verónica Zamboni recibió los resultados de los estudios  de ADN realizados en laboratorios del Ministerio Público en Junín.

El resultado deja en una situación compleja a Matías Benicelli, ya que en su camisa se encontraron manchas de sangre de Fernnado mezclada con las de acusado. Por otro lado, un hisopado a la uña del dedo meñique de Báez Sosa encontró sangre de Blas Cinalli.

En tanto, se espera el resultado de la pericia de scopometría a la zapatilla atribuida a Máximo Thomsen, encontrada por la Policía Bonaerense.

Las zapatillas secuestradas a los rugbiers acusados por el crimen de Fernando Báez Sosa, ocurrido el 18 de enero último en la localidad balnearia de Villa Gesell, serán sometidas a partir de mañana a una pericia scopométrica, que comparará el dibujo de las suelas con la huella hallada en el rostro de la víctima, informaron hoy fuentes de la investigación.

El peritaje se realizará en el laboratorio de la delegación de la Policía Federal Argentina en la ciudad de Mar del Plata, y sus resultados demandarán por lo menos dos semanas.

En este estudio comparativo, los calzados secuestrados en el domicilio que los jóvenes imputados alquilaban en Gesell serán cotejados con los registros de una huella que Fernando presentaba en el rostro.

"Se hace un cotejo entre la impronta del rostro de la víctima, que dejó un dibujo claro, y al cual se le sacaron fotos, con las huellas del calzado, y se hace todo un análisis de superposición de imágenes", detalló a Télam una fuente del caso.

Estas pericias habían sido solicitadas por la fiscal Verónica Zamboni, titular de la Unidad Funcional de Instrucción 6 de Villa Gesell, quien lleva adelante la causa en la que tiene detenidos a los rugbiers Máximo Thomsen (20), Ciro Pertosi (19), Luciano Pertossi (18), Lucas Pertossi (21), Enzo Comelli (20), Matías Benicelli (20), Blas Cinalli (18) y Ayrton Viollaz (20).

Estos ocho jóvenes están imputados como coautores del delito de "homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas" de Báez Sosa, cometido frente al boliche Le Brique de Villa Gesell.

Además, están imputados en calidad de "participe necesario" Juan Pedro Guarino (19) y Alejo Milanesi (19), quienes fueron excarcelados.