Mariano Olmedo se tomó ansioso, con el Whatsapp explotado de mensajes, el último vuelo que KLM presentó para salir de Ucrania. Pocas horas después, con el ticket en su mano en la sala preembarque, el gobierno norteamericano le pedía lo mismo a sus connacionales en Ucrania: “Salgan ya porque su seguridad no está garantizada”.

El ejecutivo rosarino trabaja para una empresa líder en el armado metalmecánico de frigoríficos y ese vuelo, el ultimo de KLM, era el regreso de su cuarta visita a Kiev a cerrar negocios: “La venta del sistema logístico para el armado de una nueva empresa de procesamiento de carne vacuna”, le contó a Rosario3.

Explicó que “Santa Fe es líder en este rubro. Hay muchas empresas que instalan frigoríficos por el mundo. Tenemos un desarrollo muy importante y hoy los costos ayudan porque es más conveniente (por conocimiento y precio) que hacerlo con alguna empresa europea”, dice desde el aeropuerto de Kiev el profesional rosarino. 

Un rosarino en Kiev, entre los negocios y una posible guerra
Kiev espera "lo peor", según algunas voces locales

Y ahí fue. Temporada de frio y amenazas de guerra en medio de reuniones de negocios. “En Kiev el clima social era normal. Sus habitantes están acostumbrados culturalmente a la tensión entre su Gobierno y los reclamos rusos¨, confió

Un rosarino en Kiev, entre los negocios y el posible estallido de la guerra

Los días cambiaron. De la tranquila situación urbana hasta el colapso anímico de los extranjeros después del alerta de EE.UU. y Gran Bretaña de aconsejar abandonar Ucrania por el peligro del estallido bélico. Las aerolíneas suspendiendo vuelos, los jóvenes soldados de Kiev movilizándose a la frontera”, continúa el rosarino.

“Vi mucha cosa rara en la tele occidental. Anunciaban tensiones que yo no veía de esa manera. La gente no huía ni acopiaba víveres en sus casas por temor a la guerra y en los noticieros anunciaban eso. Se creaba un clima de miedo exagerado”, decía la semana pasada en su intercambio de mensajes el empresario. Hasta el viernes, donde algunos anuncios apuraron los pasos del regreso.

“Un amigo de Kiev me apostó un asado argentino que no iba a pasar nada, que todo quedaba en amenazas y declaraciones”, dijo Olmedo ahora desde Ámsterdam, una de las escalas del regreso. 

Esperando el regreso a Rosario, con la camiseta del Dinamo de Kiev con el 15 en la espalda y el nombre “Pубен” (traducción de Ruben) en sus valijas para uno de sus hijos (homenaje a Marco Ruben quien jugó en 2012 después de ser comprado por 14 millones de Euros al Villarreal), Mariano Olmedo siente el alivio de haberse corrido en medio de tensiones inexplicables y posiblemente riesgosas para los extranjeros en esa ciudad.

“Es un país hermoso, con gente con ganas de hacer cosas, de crecer, de invertir y producir, siempre están en movimiento. Es increíble que estén metidos ahora en esto. Nadie quiere una guerra en medio de tanto crecimiento en Kiev”, remató.