El periodista de Radio 2 Ariel Toto Borderi sufrió la picadura de un alacrán esta madrugada y un par de horas después contó la experiencia al tiempo que brindó una serie de recomendaciones que hay que atender en este tipo de situaciones. “Se me entumeció la pierna”, precisó.

En el piso, los integrantes de Radiópolis quedaron impresionados, también la audiencia. El relato del Toto puso piel de gallina a más de uno en su casa. Este miércoles a las 4.15 sonó el despertador del movilero radial, quien, como cada mañana, buscó sus pantalones colgados en una silla cercana a la cama y se los puso en medio de la oscuridad de la habitación. 

“Me puse el pantalón, cuando iba caminando sentí el pinchazo muy fuerte y, automáticamente, un dolor fuerte. No podía caminar”, precisó. Ariel se sentó para poder recomponerse, en medio de una confusión profunda. “Cuando me levanté, apareció caminando por el cuello”, lanzó describiendo una escena de terror para los más sensibles. 

Con un manotazo, se libró del bicho y lo pisó. Fue entonces que advirtió que se trataba de un alacrán. “Me picó en la pierna izquierda y enseguida sentí un dolor muscular y un ardor tremendo. La pierna me quedó entumecida pero la podía mover así que me fui directo al hospital Carrasco”, continuó. 

Junto a él, llevó en un frasco al alacrán muerto, ya que recordó en ese momento la necesidad de contar con el arácnido para dar rápidamente con el antídoto preciso para frenar el veneno. “Me inyectaron un calmante importante, el médico que me atendió me dijo que era de la especie de los malos”, comentó y advirtió: “El veneno no tiene consecuencias graves en los adultos, el problema son los niños”. 

A pesar de recibir una adecuada atención en el hospital Carrasco, centro médico de referencia en estos casos –también se puede acudir a cualquier hospital–Toto aún sentía dolor, un par de horas después de ser picado. En la zona persistía la hinchazón y una leve coloración.

Después de descansar, tendrá que revisar las rejillas de su casa. Especialistas remarcan que es por estos espacios mínimos que los alacranes logran colarse a la superficie desde las cañerías y zonas húmedas en las que habitan. 

El alacrán tiene hábitos nocturnos, permanece oculto durante el día, es frecuente encontrarlos entre maderas, arena, escombros, tejas, ladrillos, grietas, pisos, zócalos, habitaciones y depósitos sin aireación, entre la ropa y dentro de los zapatos, se detalla en la página oficial municipal.

La especie Tityus Trivittatus es la más frecuente en la región y la más peligrosa, presenta una cola con aguijón y púa, pinzas alargadas y el dorso con tres rayas oscuras.

La longitud total en un ejemplar adulto es de 40 y 64 mm, generalmente de color amarillento o rojizo y los ejemplares más jóvenes son de coloración más clara. Tienen cuatro pares de patas y un par de pinzas.

En caso de picadura, la primera recomendación es concurrir rápidamente al hospital más cercano y ante el dolor se puede aplicar hielo en la zona afectada.

Generalmente, tras la picadura de un alacrán, se manifiesta un dolor intenso y una variedad de signos y síntomas como ser náuseas, vómitos, salivación excesiva, piel de gallina y palpitaciones. Ante estos síntomas es fundamental efectuar una consulta médica.

Prevención

Mantener el hogar y alrededores libres de escombros, ladrillos, teja, leña y madera.

Tapar grietas y orificios de los revoques de las paredes sobre todo si estas son de ladrillos hueco.

Colocar mallas metálicas en rejillas.