Lo mejor de Tute es el último libro del humorista gráfico Tute, Juan Matías Loiseau, discípulo y heredero de Caloi (su padre), de Fontanarrosa y de Quino. En la contratapa del ejemplar recientemente presentado en la Feria del Libro 2024, las palabras de Joaquín Lavado, padre de Mafalda, son categóricas al referirse a Tute: “...el mejor dibujante de humor gráfico argentino surgido en los últimos años”.

Parte de la curaduría de ese libro la hicimos con los lectores y las lectoras.

“Ese texto sale de un viejo prólogo de otro libro mío que la editorial decidió repetir en este compilado de 25 años de laburo. En aquel entonces, cuando Quino prologó una novela gráfica que escribí en 2014, escribió esa frase maravillosa y me dejó sin palabras, por todo lo que significó Quino para toda mi generación y también para la generación de mi viejo. Él fue maestro de mi viejo, de Fontanarrosa, de Sendra de toda esa generación también”, dice Tute en diálogo con el programa A la Vuelta (Radio 2), antes de su venida a la ciudad para participar de la próxima Feria Internacional del Libro Rosario, y cuenta cómo llegó a la selección de viñetas que fueron consideradas “las mejores” y las más representativas de la flamante recopilación.

 

“Lo seleccioné junto con mis seguidores. Prestamos atención a lo más elegido por la gente. Viendo cuál era el material más “likeado” (el que más había gustado) en redes. Y a eso le sumamos el material que los editores y yo creímos que era más contundente y más fuerte. También buscamos que hubiese variedad. Aunque siempre se comete una injusticia cuando uno dice: «acá está lo mejor de...», puedo decir que parte de la curaduría de este libro la hicimos con los lectores y las lectoras”.

Es sabido que no siempre el criterio de quien escribe, pinta o compone música se condice con el de su público, aunque se trate de sus seguidores y de personas que comparten y gustan de la mayor parte de su obra. “Muchas veces me sorprendo. Publico algo que creo que va a pasar sin pena ni gloria y resulta que tiene una repercusión tremenda y se viraliza; y otras veces –dice– creo que metí un gol de media cancha y pasa sin pena ni gloria. También pasa, en ocasiones, que uno sabe que metió un gol de media cancha, que va a pasar sin pena ni gloria, pero que aún así, no deja de ser un gol de media cancha, aunque no sea festejado por toda la tribuna. Uno tiene la certeza íntima de que algo encontró. Cuando pasa eso, los que sí lo celebran, conectan de un modo profundo”.

La historieta: una forma más amigable de acercamiento a la historia

 

El buen humor tiene complejidad, tiene capas...

Tute recuerda que aprendió a leer con Mafalda y celebra la experiencia de volver a leer esas mismas historietas con ojos de adulto: “El humor –explica– sirve para viabilizar mensajes que de otro modo serían muy duros de transmitir o muy dificiles de asimilar. Hay algo de la simpleza que tienen tanto el dibujo como el texto, al menos inicialmente, que hace que pueda ser popular. Y luego, al revés, el buen humor tiene complejidad, tiene capas, y esas tiras que son complejas y uno las puede revisitar con otra edad y nos siguen contando cosas, incluso distintas, son fundamentales para la educación cultural y sentimental”.

“Ahora, miro detrás de mí, dónde está la horda de jóvenes que vienen y veo muy pocos. Eso me preocupa. Veo muy poquito. Hay mucho en el meme –una forma de humor gráfico digital que es muy distinto al mismo tiempo– y veo muchos historietistas, ilustradores y caricaturistas, pero no veo humoristas gráficos. En mi generación éramos un montón. Después, claro, los que siguieron fueron pocos, pero al principio éramos muchos”.

Qué sueño puede tener un pibe de 17 o 18 años en convertirse en humorista gráfico si no hay una sola revista de humor donde publicar.

Luego reflexiona sobre una “cierta lógica en esa ausencia” porque –se pregunta– “dónde van a publicar; qué sueño puede tener un pibe de 17 o 18 años en convertirse en humorista gráfico si no hay una sola revista de humor y hay muy poquito espacio en los diarios para publicar”.

Tute cuenta que su trabajo se reparte entre el papel y lo digital. “Fifty, fifty. Mitad, artesanal y mitad, digital –dice–; sigo dibujando sobre papel, pero después pongo el papel en el scanner y aplico el color con el photoshop en la computadora. Antes hacía todo a mano, pero con la aparición de la computadoras (ya hace mucho tiempo) y de los programas, fui sumando la aplicación del color de forma digital, porque la impresión resulta mucho mejor para diarios y revistas, de esta manera. Me acostumbré a hacerlo así; encontré placer en eso. Pero sí necesito seguir dibujando sobre papel y experimentando los pequeños accidentes de la porosidad del papel”.

Mabel y Rubén

 

Los personajes de Mabel y Rubén forman parte de la cotidianeidad de los seguidores de Tute. Desde el momento en que la viñeta se publica en sus redes sociales, se desata un aluvión de reacciones y comentarios con opiniones de lo más variadas. Consejos para una y otro; valoraciones, interpelaciones al autor y diálogos abiertos directamente con los personajes, a los que se les dan sugerencias sobre cómo deberían actuar en cada situación.

Mabel y Rubén surgieron al revés de como suelen hacerlo los personajes. En un momento, hice un personaje que se llamó Batu, que tenía una banda de amigos. Ese personaje lo busqué, lo pensé, lo diseñé, lo dibujé, le agregué personajes secundarios, un barrio, una geografía y una psicología propia. Ese es el modo clásico de crear un personaje. Se hace previamente en el tablero y después, se empieza a publicar. Con Mabel y Rubén, en cambio, fue al revés. Yo no los busqué. Ellos me buscaron a mí o nos encontramos ya en la publicación”.

“La tira –describe– es un cuadro que tiene personajes que van cambiando. Lo que hice fue ir quedándome de a poco con menos cantidad de nombres hasta que me quedé exclusivamente con los de Mabel y Rubén. Pero si uno presta atención, no existe una sola Mabel y un solo Rubén, sino que todos los días aparecen distintas mabeles y rubenes con distintas situaciones, edades, problemáticas. Un día, Mabel es la víctima y al otro día es la victimaria o tiene cincuenta años o es una mabelita o es una pareja de mabeles o de rubenes. Es decir que todos los días cambian los personajes, pero siempre son Mabel y Rubén. Un poco jugando con la idea de que todos podemos ser Mabel y Rubén llegado el caso y evidentemente algo de eso funcionó en términos de identificación porque nunca nadie me recriminó que no fuera el mismo personaje de un día para el otro”.

En cuanto a los argumentos sobre los que giran las historias que involucran a ambos personajes, son muy variados y el remate está repartido. A veces es Mabel la que se lleva los aplausos y otras, la balanza se inclina hacia el lado de Rubén.

“Trato de que sea parejo. No hay una característica que tenga cada uno de esos dos personajes. Trato de jugar con todas opciones y variables; pero evidentemente, el lector y la lectora se quedan con lo que a cada uno le devuelve ese espejo. A veces, recibo críticas de parte de los rubenes y de las mabeles al mismo tiempo (y por lo mismo) lo cual lo hace más gracioso porque quiere decir que cada uno siente las costillas que se le cuentan a cada uno.

El humor psicológico

 

Un condimento bastante frecuente en las viñetas de Tute es la alusión a la terapia psicoanalítica. Incluso varias situaciones transcurren en consultorios donde un Rubén paciente filosofa sobre la vida o cuenta algo que le pasó ese día y lo preocupa. En otras ocasiones, el que habla es el analista y también hay episodios en los que Tute menciona, a través de sus personajes, la terapia psicológica (o la falta de ella) aunque la escena transcurra en una plaza o en el interior de una vivienda.

“Me interesa el psicoanálisis. Soy un analizante y conozco mucho al psicoanálisis desde ese lado del mostrador, del lado del paciente. Además, la técnica y la situación también me interesan porque son muy proclives para el humor: el consultorio, el diván, una persona acostada, la otra sentada escuchándola, hablando de cosas muy profundas siendo casi desconocidos. Tiene una batería de particularidades que hace que el humor se dé con cierta facilidad. También se juega en ese ámbito la cuestión que me interesa: la de las conductas humanas”.

La brevedad como desafío

 

Las producciones multimediales, mensajes publicitarios y hasta contenidos en redes y medios de comunicación digitales avanzan cada día más hacia la mayor brevedad posible. Los analistas lo definen como un síntoma de la ansiedad con que las personas transitamos esta segunda década del siglo XXI y que nos impide mantener la atención durante varios minutos en un mismo tema u objeto. Pantallas divididas, videos de duración brevísima e imágenes fugaces roban el protagonismo a contenidos más explicativos o pausados. Y esto también se refleja en el humor (una forma de comunicación) que ya de por sí, desde antes de este fenómeno, tenía un formato sintético.

“Ese es el desafío. La síntesis es algo buscado siempre. Es algo que creo haber aprendido de la poesía y que me interesa mucho. Cuanto más sintético es el argumento, más potente es el humor. Así que busco, pruebo, elijo palabras con menor cantidad de sílabas. Si tengo dos o tres opciones, utilizo siempre la más breve, salvo que pierda musicalidad porque me interesa la síntesis y la musicalidad del texto. A veces lo leo en voz alta para ver si suena bien, si las palabras se llevan bien”.

El humor como espejo

 

“La sensación que tengo con mi laburo es la de poner un espejito en frente de la gente. Entonces, cada uno opina sobre eso que le devuelve el espejo. Muchas veces, en los comentarios ni siquiera me hablan a mí. La mayoría de las veces hablan sobre la situación, sobre su propio defecto o el de sus parejas y si es política, ni hablar. Ahí sí se arman unas discusiones eternas. Pero creo que el humor funciona como un espejo incómodo donde la gente se refleja y luego dice algo sobre eso que está viendo”.

Me parece más importante poder decir lo que pienso y mi posicionamiento político sobre alguna cuestión que la respuesta que pueda llegar a recibir después.

Tute admite que lee los comentarios que le escriben en las redes y afirma que en general se lleva bien con los mensajes, excepto cuando hay insultos. “Eso sí me molesta. Pero no tengo problemas con las críticas que aparecen. De hecho, no borro nada, salvo que haya insultos. Me parece que es parte del juego. A esta altura de mi vida no tengo aspiraciones de que todos estén de acuerdo conmigo, algo que, además, es imposible. Me parece más importante poder decir lo que pienso y mi posicionamiento político sobre alguna cuestión que la respuesta que pueda llegar a recibir después”.

La motivación

 

Tomando la idea de Alejandro Dolina de que la desventura o el infortunio funcionan como incentivos para el proceso creador, Tute sostiene que el mal momento es siempre más inspirador que el bueno. “El humor aflora con más fuerza en momentos críticos. Lo podemos pensar en términos individuales y sociales. En momentos de grandes crisis políticas hay una necesidad de responder con humor para poder sobrevivir y en términos individuales, en las situaciones límite también echamos mano al humor para poder salvar el momento, para poder salir de la angustia”.

¿Hay temas vedados para el humor? “No puedo hacer humor con aquello por lo que no me florecen ideas. No puedo nombrar un tema específico sobre el cual no haría humor, como una decisión previa, sino que decido no hacer humor cuando no se me ocurre nada a mí; pero después lo veo producido por otro humorista y me parece fenómeno y digo: «nunca se me ocurriría o nunca agarraría por este lado»; pero no tengo temas negados de antemano. A mí me gusta hacer humor sobre todo lo que me interesa: el psicoanálisis, la pareja, la comunicación, las conductas, la religión, la política. Cualquier tema es abordable por el humor”.

Los libros que vienen

 

Luego de “Lo mejor de Tute”, primer libro publicado en lo que va de 2024, en noviembre próximo saldrá “Mabel y Rubén al diván” (cuadros de estos personajes en situación psicoanalítica) y hay otro libro que quizás salga a la luz a fin de este año o bien, a principios de 2025, sobre la cocina de autor y el proceso creativo.

Después saldrán Batu 9 y 10, con los que se completará la colección de libros de aquellos personajes que Tute publicó en el diario La Nación, en su momento, y ahora aparecen en la revista Genios.