Un gato llamado Tiger, que desapareció hace 11 años cuando alguien abrió la puerta de la vivienda de Nueva York, Estados Unidos, donde vivía, volvió a manos de su propietaria, Maggie Welz. El chip que tenía implantado ayudó al feliz reencuentro.

Durante más de una década esa mujer no perdió la esperanza en recuperar a su mascota: a pesar de que se mudó un año después del incidente, pidió a los nuevos inquilinos que "estuvieran atentos", pero Tiger "nunca regresó".

Por su parte, según publicó ActualidadRT, la otra parte de la historia la cuenta Carol O'Connell, una empleada de la Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales en el condado de Dutchess,  quien fue la que recuperó a ese felino que merodeó su domicilio durante tres años.

Como cada vez veía a Tiger en peor estado, dedujo que se trataba de un animal perdido o abandonado y se esforzó en "ganar su confianza". Tras tomar prestado un escáner de su trabajo descubrió que tenía implantado un microcircuito y su información le permitió encontrar a Maggie Welz.

Un veterinario verificó el buen estado del gato y se pudo reunir con su dueña, quien agradeció la persistencia y compasión de O'Connell. Welz no tiene "ni idea" de dónde estuvo Tiger todos estos años, pero se alegra de que haya regresado a su lado y asegura que se quedará en su hogar "toda la vida".