En la tarde del martes 24 un grupo de alumnos de la escuela técnica Nº 471 Dr. Rodolfo Rivarola vieron colapsar parte del cielo raso de la biblioteca y la sala de informática de la institución. Algunos de los chicos que estaban en el lugar sufrieron golpes por los paneles que les cayeron encima, pero al tratarse de material liviano las lesiones no revistieron gravedad.

Después del primer desprendimiento, personal del ministerio de Educación ordenó la evacuación del edificio y se procedió a trabajar sobre toda la estructura metálica que sostenía el cielo raso con los que, en 2017, se renovaron los viejos galpones ferroviarios donde ahora funciona la escuela.

Si bien en un principio se deslizó la posibilidad de que el desprendimiento haya tenido que ver con la falta de mantenimiento del lugar, un informe técnico descartó problemas de humedad y también que la caída haya sido consecuencia de una acumulación de excremento de paloma sobre los paneles.

La principal hipótesis que sostiene este reporte elaborado por el área de Recursos físicos, logística y mantenimiento del ministerio de Educación es que existe una falencia de origen en la obra integral del establecimiento.

En concreto, el ingeniero a cargo de la pericia detalló que la estructura de perfiles metálicos sobre la que se instalaron las placas de yeso no es la necesaria para contener el peso de los paneles. 

Cada placa debe contar con un «montante» (dispositivo de perfilería de aluminio) por cada uno de sus cuatro lados. Estas placas se encuentran apoyadas en uno solo cada dos, es decir, hay menos perfiles metálicos de los necesarios”, señalaron a Rosario3 desde el ministerio de Educación.

Esta reducción de costos por parte de la empresa constructora genera una doble complicación en la estructura. Además de duplicar el peso en cada uno de los perfiles, reduce el espacio físico sobre el que se puede apoyar cada uno de los paneles.

“Asimismo, se presumen deficiencias en la concreta fijación de las placas a la estructura metálica por medio de tornillos directamente ajustados de modo deficiente entre un material y el otro”, destaca también el informe que lleva la firma del arquitecto Guillermo Thomas.

Ante esta falencia y el peligro de que el resto de los paneles puedan ceder, desde el ministerio decidieron levantar todos los paneles y reemplazarlos por lana de vidrio con cobertura de terminación. 

Una escuela con varias deficiencias

Por fuera del colapso del techo, desde el ministerio de Educación señalaron a este medio que la institución presenta otras falencias desde su origen. 

“Por empezar, no se le hizo la habilitación del gas a la escuela. Desde su inauguración nunca tuvo calefacción. Tampoco se tuvo en cuenta que el galpón estaba asediado por las palomas y no se hizo un cerramiento para evitar que ingresen. A eso también se le suma que las aulas están separadas por paneles gigantescos de vidrio por lo que tampoco se tuvo en cuenta el peligro que puede generar que un chico se los choque”, remarcaron.

Por todo lo expuesto, desde el ministerio confirmaron que van a iniciar una investigación para conocer el detalle del pliego licitatorio de la obra y, en el caso de considerarlo necesario, avanzar en acciones judiciales contra la empresa contratista.