Rafael dos Santos Tosta, celebró su divorcio de una manera peculiar y ahora se encuentra en recuperación después de fracturarse el cuello y la columna lumbar tras caer 21 metros en la Lagoa Azul en Campo Magro, Brasil.

Rafael había ido al lugar -una laguna en una cantera en desuso- para hacer un columpio de puente para celebrar su divorcio. La actividad, que es similar al puenting, consiste en una caída libre antes de convertirse en un "péndulo humano" mientras uno se balancea en un gran arco.

Después de sobrevivir milagrosamente a la caída, aunque con heridas duraderas, Rafael dijo a los medios locales: "Siempre he sido una persona muy tranquila, pero las cosas cambiaron recientemente. Después del divorcio, quería disfrutar la vida de todas las formas posibles. Estaba haciendo muchas locuras. No estaba valorando mi vida en absoluto.

Rafael había ido a hacer el swing del puente con un primo y un amigo tres días antes de cumplir 22 años. Cuando la cuerda se rompió, terminó zambulléndose en la laguna, como se ve en este video.  "Empiezas a ver la vida y agradeces todo. No es que antes no me importara, pero no lo miraba con esta perspectiva", expresó.

"Mi vida nunca volverá a ser la misma. No quiero ser el Rafael que era antes. Tengo que estar agradecido de estar vivo, que ya es una cosa muy grande". Ahora, casi tres meses después, Rafael sigue sufriendo las secuelas de la caída, a pesar de varias sesiones de fisioterapia y tratamiento. Todavía le cuesta levantar objetos pesados, siente dolor en algunas zonas y sufre de debilidad.

Recordó: "Ese día, estaba muy feliz, emocionado". Antes de su salto, recuerda bromear acerca de que la cuerda no podía soportar su peso. Su siguiente recuerdo fue despertar en el agua, con gente a su alrededor pidiéndole que no se moviera y haciéndole saber que la ayuda estaba en camino. "Entré en pánico y pensé: ¿Qué estoy haciendo acostado aquí?. Cuando traté de ponerme de pie, recuerdo sentir un dolor muy fuerte. Nunca había sentido un dolor peor en mi vida".

Tras su caída, Rafael fue estabilizado por un equipo médico del Batallón de Operaciones Aéreas de la Policía Militar y trasladado en helicóptero al Hospital Rocío de Campo Largo. Recordó su humor negro en ese momento y le dijo a los medios locales: "Seguí bromeando, 'Vaya, no puedo creer que esté montando un helicóptero'".