“Me río de todo aquel que por ahí piensa, que estoy abatida y sin recompensa”.

La voz de Leda Bergonzi suena autorreferencial, en medio de Fuerte Apache, rodeada de los integrantes del Hogar de Cristo que trabajan por los más necesitados del lugar. La grabación del tema y su video es la última producción que llevó a cabo la líder espiritual de Soplo de Dios Viviente, la misma mujer en 2023 protagonizó un verdadero fenómeno religioso internacional con la congregación de miles de personas en ritos de adoración divina. La misma, a la que la cúpula de la Iglesia rosarina le exigió, un año después de avalar al grupo, someterse a un “proceso purificación y cumplimiento de las indicaciones oportunamente dadas”.

Leda canta "Abatido"

Romper con los estereotipos estéticos de las prudentes y castas religiosas a fuerza de jeans y remeras ajustadas, cantar con fervor a un Dios cercano, echar al demonio a los gritos mientras la gente se cae de espalda al suelo. ¿Estuvo mal cantar en teatros y cobrar una entrada? ¿Fue eso? Quizás se excedió, demasiado provocativa y disruptiva. Resultó incómoda para muchos, inconveniente para otros. ¿Mujer tal vez?

Las preguntas se sucedieron a lo largo de estos meses en los que Leda se concentró en su carrera musical, brindando recitales y bendiciones donde los obispos locales se lo permiten. Muchas puertas se cerraron y como siempre pasa, otras se abrieron. Como las del club Reflejos de Rosario que este sábado 20 de diciembre le permitirá reunirse con sus seguidores.

 Leda continúa con sus presentaciones en diversos lugares del país.
. Leda continúa con sus presentaciones en diversos lugares del país.

Tras varios meses sin brindar declaraciones, Bergonzi dialogó con Radio 2 y Rosario3 y manifestó su deseo de volver a ser abrazada por la Iglesia católica, aunque dejó en claro que seguirá adelante pase lo que pase ya que, según explicó, la intervención espiritual que dispensa obedece a un don, un regalo divino que le fue dado involuntariamente, y que inevitablemente debe ejercer.

–¿Cuál es tu tu realidad? ¿Dónde está Leda? 
–En realidad siempre estuvimos. Seguimos adelante. No hubo para nosotros ningún cambio, excepto lo que fue de público conocimiento, que no teníamos el acompañamiento y que es la cuestión del momento. Pero la comunidad sigue de pie, visitando lugares a los que nos llevan las comunidades católicas, por supuesto, hermanos que se reúnen. Siempre buscando acompañamiento de los obispados, pero cuando no hay respuestas, igual nos invitan y van buscando lugares para que podamos reunirnos a alabar a Dios.

–¿Siguen sin el acompañamiento del arzobispado de Rosario? 
–En este momento seguimos sin el acompañamiento pero hay curas que sí acompañan. No es que estamos solos y aislados, sino a la espera de alguna resolución.

–¿Qué fue lo que pasó? ¿Qué es concretamente lo que les planteó la Iglesia local?
Nos pidieron un tiempo, que fue de público conocimiento. Todavía está este comunicado dando vueltas, de hecho, lo siguen rememorando a veces en los lugares que vamos, donde se habla un tiempo de purificación.

 Leda dando una bendición en la ex Rural (Alan Monzón)
. Leda dando una bendición en la ex Rural (Alan Monzón)

–¿Qué es lo que vos tenés que purificar?
–Creo que la conversión es eterna, que dicen que la vida no nos alcanza para convertirnos. De hecho, siempre invito a todos a que crean en Dios, nunca dije que crean en mí. Entonces, eso me deja tranquila. Sí debería tener que purificar, creo que voy a tener toda la vida para purificar y creo que en el Evangelio, el Señor nos dice que no hay ni un justo sobre la tierra, no va a haber. Al mea culpa lo hago todos los días y lo seguiré haciendo, seguramente tengo un montón de cosas que purificar. Por lo tanto, no tengo en claro bien qué es lo que me pide la Iglesia. Todos esperamos esa respuesta. Estamos a la espera.

Se nos puede haber dicho en algún momento que el tiempo iba a demostrar si esto era fecundo, en el resistir. Yo puedo pensar un montón de cosas, pero en realidad lo único que hice fue seguir adelante, preguntarle a Dios qué era lo que quería de nosotros como comunidad. Y bueno, las puertas se fueron abriendo y seguimos adelante porque es muy grande la obra. Son muy lindos los signos que vamos recibiendo. Eso nos impulsa y no nos detiene, obviamente.

–¿Te otorgaron una asistencia espiritual?
–Sí, tuvimos en principio una asistencia. Obviamente yo tengo mi acompañante espiritual pero bueno, después todo lo demás fue…No soy yo quien lo tiene que contestar, no quiero entrar en un juego de preguntas sin respuestas, no me corresponde a mí.

Yo puedo hablar de lo que hace Leda, pero de lo demás y lo que no ocurrió, no soy yo. No soy yo quien lo va a decir. No por ningún temor ni nada, sino por respeto. Pero bueno, está todo a la vista, hoy estamos como siempre pero con un montón de estas preguntas, esperando que nos respondan.

–¿Creés que influyó tu carrera musical en la reacción eclesiástica?
–No. Obviamente antes de realizar el primer video lo fui consultando. Lo pregunté. No, no debería haber sido. Después no me quedó otra alternativa porque uno no entiende cómo seguir. En ese entonces lo que había era eso, estaba totalmente encauzado, tenía que terminar con compromisos que había asumido con productores de música en ese momento. Seguí un tiempo más y pude terminar. De hecho, hay gente que todavía sigue pidiendo que estemos en el teatro, pero la realidad es que no tenemos tiempo porque nosotros ya tenemos una agenda completa a mitad del año que viene.

 Una multitud participa en un encuentro de Soplo de Dios Viviente en la ex Rural. (Archvo/Alan Monzón)
. Una multitud participa en un encuentro de Soplo de Dios Viviente en la ex Rural. (Archvo/Alan Monzón)

–¿No volvés a los teatros?
–La verdad que hay tanta gente que nos pide y yo también que vengo haciendo un discernimiento y dije «a lo mejor de vez en cuando podemos hacer algo». No está nada dicho.

–¿Se van a volcar más a los encuentros?
–Nosotros siempre hicimos esto. Alabanza, encuentros en la Palabra, Santo Rosario, recibimiento de las personas. Siempre la comunidad hizo esto. Después surgió lo de la música como un extra para poder abordar la gran cantidad de gente que recibimos y no había ministerio que soportara estar todo un día entero en servicio. Entonces, dijeron «Bueno, ¿por qué no grabás algo?» y así empezó este camino que uno nunca sabe dónde va a terminar. Fue abriendo puertas. Siempre canté, siempre fueron adoraciones eucarísticas con música, con oraciones, esto no cambió nada. La gente lo fue conociendo, pero nosotros siempre actuamos de la misma manera.

Dios dispondrá cómo vamos a continuar, es algo que lo venimos orando con la comunidad para que Dios vaya marcando el camino.

–¿Y qué es lo próximo que viene?
–El año que transcurrió fue un año hermoso, muy movido, hemos metido días de semana para poder cumplir. Un movimiento espiritual muy fuerte y también signos que nos iban marcando el camino, hablo de situaciones de vida, hermanos que iban recuperando distintas cosas, sanaciones espirituales, sanaciones corporales. Ese era el signo de que Dios estaba en medio caminando entre nosotros. Estamos en el Club Reflejos el 20 de diciembre. Todavía no confirmé, pero tenemos una actividad el 27 de diciembre. Luego nos tomaremos la primera semana de enero para estar viajando la segunda quincena a Chile. Y después arrancamos con la agenda.

–Sacaste un tema en Youtube que se titula “Abatida”. ¿Tiene algo que ver con lo que te pasó?
–No sé si me lo van a creer, no importa, pero me tienen que creer (se ríe). Me hicieron la propuesta, me encantó. Dividimos cómo lo íbamos a hacer pero no habíamos practicado nada, de hecho no está en mi tono. Yo la canto y cuando la escucho digo «uy». Pero realmente es la historia de Jesucristo. Pensemos que Jesús pasó por este rechazo, por esta situación. Nosotros nos acercamos y caminamos en pos de agradarle a Dios y Jesucristo, siendo el hijo de Dios, fue crucificado por todos nosotros, fue abatido por todos nosotros. Eso está mencionado en esta canción que sí, por ahí se asemeja un poco a este tiempo, pero yo no me siento siento rechazada, me siento muy amada por Dios, me siento muy reconfortada por el Espíritu Santo, siento que él me ama y ya no importa nada, puedo seguir adelante. Después cada uno tomará cuenta de todas las decisiones de la vida y no soy quien para juzgarlos.

Espero en Dios, espero este tiempo. Sé que todo esto va a pasar, que esto va a volver y que vamos a estar. También siento que esta es mi iglesia. Más allá de que otras religiones nos puedan invitar con mucho amor.

Leda en un encuentro en el sindicato de Recolectores en 2024. (Archivo/Alan Monzón) 
Leda en un encuentro en el sindicato de Recolectores en 2024. (Archivo/Alan Monzón) 

–¿Te invitaron a participar de otras de otras religiones?
– Sí, sí, sí.Y la verdad que sentís el amor de la gente. Cuento con la oración de tantos hermanos viviendo en otra religión a los que les pido que recen por nosotros. Creo que Dios es el mismo ayer y siempre, pero de chiquita fui católica y bueno, no veo por qué apartarme. Tengo todas mis convicciones intactas. Bueno, no voy a ser yo la que tome la decisión. Espero que la tome quien corresponda y nosotros nos mantendremos en la espera.

Si van a un encuentro nuestro, siempre hablamos de lo mismo, no estamos haciendo una religión individualista para nada. Hablamos de nuestra fe que es esta y no va a cambiar, pese a que esté un cura o no esté un cura. De hecho, nuestro movimiento de laicos católicos, sin curas. Luego, cuando vienen las 30.000 personas, el obispo invita a que los sacerdotes se acerquen para la confesión, Santa Eucaristía.

Nosotros hoy volvemos a hacer lo que fuimos siempre, pero invitamos a la gente a que participe en la Santa Eucaristía, que se acerque a la fe, de hecho nuestra comunidad lo hace. Nosotros seguimos nuestro camino de fe, no tiene una mención religiosa, tiene un camino eterno.

Yo voy a la Iglesia, mi fe sigue siendo la misma, mi creencia es la misma. Yo adoro a Cristo, creo en la Eucaristía, creo en la confesión. O sea, esto no me cambió nada. Yo no tengo ningún resentimiento, no estoy enojada, estoy esperando. Pero, seguimos, nos juntamos, oramos y clamamos y le pedimos a Dios que se determine y se decida por la gente.

Un martes lluvioso y frío congregó a miles de seguidores de Leda en la ex Rural, (Archivo/Alan Monzón) 
Un martes lluvioso y frío congregó a miles de seguidores de Leda en la ex Rural, (Archivo/Alan Monzón) 

–¿Qué pasa con ese con esos dones que decías haber recibido de Dios?
–En ese comunicado del arzobispado no se desmiente que hay un don de Dios, eso es lo más importante. Creo que ese don de Dios no te pide permiso, te toma de sorpresa como en mi caso me pasó y no te detiene, ese es el impulso, la fuerza del Espíritu Santo que pese a las vicisitudes de la vida te hace caminar con una fortaleza o una decisión que no es humana y vos podés ir sorteando todas estas dificultades con la mirada puesta en un único Dios, en su hijo Jesucristo y en un Espíritu Santo, que entra y abraza tu vida y te hace seguir adelante. Las críticas no me importan.

–¿Te acostumbraste a los comentarios negativos?
–No no le presto mucha atención. Dios cuando permitió esto debe haber sanado una parte mía donde no me no me hace daño, que la gente piense diferente no me frena. Si esas personas que están enojadas o están en contra, están en Cristo, bienvenido sea. Si no me quieren, a mí no me importa.

–¿Notás resentimiento en la gente, por ejemplo, cuando vas al supermercado o a la iglesia?
–No, al contrario. El amor lo recibo en la gente, la fuerza está en ellos para conmigo. Eso es lo que me da fuerzas para seguir, la gente. Después lo demás se espera, no hay problema, pero la gente no se detiene, la necesidad no se detuvo. Jesús tuvo compasión, cuando él sanó, en su tiempo de descanso, que fue criticado también por eso, todos podrían decir «por qué no para el Leda. Jesús fue y sanó, tuvo compasión y eso es lo que me pasa a mí. El amor que no se puede expresar, que rompe una estructura. Entonces, ¿por qué no?

La compasión es un don de Dios que no te limita. Cuando tal vez estás por soltar todo, aparece ese testimonio que te pone de pie de nuevo y decís «Bueno no, adelante». Es una fortaleza que obviamente no es humana y no te frena. No vamos a frenar porque no hay nada que lo pueda hacer. Por lo menos, eso es lo que sentimos.