Desde que nos iniciamos en la escuela nos familiarizamos con el estudio. Evaluaciones, controles y exámenes nos acompañan en nuestra vida desde niños hasta que realizamos un posgrado, e incluso a veces hasta en nuestro puesto de trabajo. La pregunta es ¿sabemos estudiar realmente?

En la etapa escolar el estudio es algo que siempre genera en nosotros cierta ansiedad. Bien es verdad que podemos disfrutar de la materia en la escuela, pero a la hora de aprendernos el contenido para enfrentarnos a una prueba oral o escrita la cosa cambia.

El tiempo que dedicamos nos parece poco si queremos obtener una buena calificación. Pero nos equivocamos pensando que por estar más tiempo sentados en el escritorio nos sabemos mejor la asignatura, según Universia.

Todo empeora si además la materia que estudiamos no nos gusta, o cuando lo hacemos por obligación y en la medida justa para pasar una prueba. ¿Cuántas veces has recordado todo lo que has estudiado después de pasar tu examen?

Lo cierto es que un sistema educativo basado en continuas pruebas tampoco es la forma de aprendizaje ideal, pero aprendiendo a estudiar podrás aprovecharlo mucho mejor.

No es necesario tener una gran inteligencia, solo necesitás estos consejos para optimizar tus momentos de estudio.

1. Prepará todo antes de empezar

Puede parecer obvio pero se pierde gran cantidad de tiempo buscando apuntes u objetos que vayas a necesitar. Tener todo a mano desde el inicio evitará que te distraigas y tendrás una mayor capacidad de concentración.

2. ¡Adiós distracciones!

También puede parecer obvia pero sigue siendo uno de nuestros mayores errores. Siempre habrá tiempo de consultar las redes sociales o ver la tele después de un rato de estudio.

3. Distribuí tu tiempo de estudio

Como ya hemos dicho, más horas no garantizan un mejor resultado. Para optimizar tu tiempo de estudio lo mejor es distribuirlo en periodos de 30 minutos, ya que es el tiempo en el que el cerebro absorbe más fácilmente la información. Además así evitarás que se convierta en algo aburrido.

4. Creá tu propia rutina de estudio

Elegí el momento del día más apropiado después de tus clases. Esta rutina ayudará a mejorar tu rendimiento, y hará que cada vez te resulte más fácil sentarte a estudiar y concentarte de forma rápida.

5. No memoricés, comprendé lo que lees

Muchas veces, ante la cantidad de información a asimilar, tendemos a memorizar todo lo posible. ¡Error! Memorizar no implica asimilar y comprender lo que hemos estudiado. Si hacemos una lectura comprensiva de nuestros apuntes podremos relacionar conceptos y establecer conexiones con otros conocimientos adquiridos.

6. Explicale a otro lo que has estudiado

Poder poner en tus propias palabras la materia que has aprendido puede ayudarte a identificar los conocimientos que debes reforzar y además te ayudará a repasar toda la lección.