Keith Richards se hizo aún más famoso cuando se cayó de una palmera, un cocotero en las islas Fiyi. Por entonces, los Rolling Stones tuvieron que cancelar uno de los conciertos; sin embargo, ésta no fue la consecuencia más grave.

Es que Richards sufrió daños severos y ahora necesita tomar una medicación diaria para evitar un ataque de apoplejía, que le podría causar graves daños cerebrales e incluso la muerte.

Con mucha razón, sus familiares y amigos están cada vez más preocupados por su salud. Pero, Richards no siente temor y asegura que se encuentra mucho mejor después de las operaciones quirúrgicas a las que se sometió y asegura que tiene cuerda para rato a pesar de su estricta medicación.