El Viagra celebra esta semana diez años de su llegada al mercado farmacéutico de Estados Unidos. La pastilla destapó el tabú de la impotencia masculina y permitió tratarla más fácilmente, sin necesidades de inyecciones ni implantes.

El nacimiento fue el 27 de marzo de 1998, cuando la Administración de Fármacos y Alimentos de Norteamérica (FDA), difundió la pastilla de citrato de sildenafil como tratamiento para la disfunción eréctil, un problema que afecta a más de la mitad de los hombres entre 40 y 70 años.

El medicamento fue descubierto casi por casualidad. Los científicos norteamericanos en los años 80 habían fabricado el citrato de sildenafilo en un intento por desarrollar un remedio que mejorara el fluír de la sangre al corazón. A partir de estos estudios se encontraron con que algunos de los pacientes les hablaban de los efectos secundarios inesperados.

Hasta entonces, las opciones para resolver el problema se limitaban a soluciones que tenían que administrarse directamente en el pene mediante inyecciones, bombas de vacío o hasta supositorios para mantener la erección.

El éxito fue inmediato. Y aunque sus primeros consumidores se mostraban poco dispuestos a admitir que acudían a ella, en la actualidad la utilizan alrededor de 35 millones de hombres de todo el mundo, que admiten que se benefician con sus efectos.

Diez años después, Viagra es una marca registrada en todo el mundo. Tan sólo en su primer mes en el mercado fue prescrita 500.000 veces y generó una estampida en Asia, donde los hombres llegaron a pagar hasta 100 dólares por una pastilla antes de que fuera aprobada legalmente.

A la Viagra se le atribuye no solo “la salvación” para miles de hombres. Hace poco se dijo que logró la salvación de un niño que sufría hipertensión pulmonar. Los científicos incluso mostraron que una pequeña dosis evita que se marchiten las flores y puede ayudar también a los hamsters a superar los efectos del jetlag.

La compañía Pfizer negó el viernes que la Viagra pueda disminuir la fertilidad en los hombres, quitando importancia a un estudio publicado esta semana que afirmaba que el tratamiento de impotencia ampliamente extendido podría reducir la calidad del esperma.

También se habló mal del Viagra. Algunos especialistas aseguraron que podía causar problemas de fertilidad. Pero desde la empresa que fabrica la pastilla negaron la acusación.