Dos años después de la matanza en la escuela noroseta de Beslán, las madres de los 186 niños muertos siguen pidiendo justicia y una investigación independiente de lo que califican como "crimen de Estado". "La matanza fue un crimen de Estado, por eso la Fiscalía centra todos sus esfuerzos en proteger a los funcionarios responsables", señaló Ela Kesáyeva, presidenta de La voz de Beslán, asociación que reúne a las madres de las víctimas del secuestro.

En mayo de este año la Justicia rusa condenó a cadena perpetua a Nurpashá Kuláyev, el único terrorista superviviente del comando chechén que perpetró la matanza el 3 de septiembre en Osetia del Norte, pero las madres no se dan por satisfechas. "Es un chivo expiatorio. Ni un acusado, ni un culpable entre los que integraban el gabinete de crisis que organizó el asalto a la escuela", denunció.

Esta asociación interpuso el viernes ante el Tribunal Supremo un recurso para pedir una "revisión" de la sentencia sobre Kuláyev, protestar por el "desamparo" en el que se encuentran y exigir una "investigación judicial independiente". Las Madres acusan al presidente ruso, Vladímir Putin, que las recibió en audiencia en el Kremlin, de "engañarlas" y de apoyar a la Fiscalía en su labor de "encubrimiento". "Se trata de una decisión política, ya que los auténticos culpables son altos cargos del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antigua KGB)" a la que pertenecía Putin, señaló.

El primero de septiembre de 2004, en la apertura del año escolar, un comando terrorista chechén tomó por asalto la escuela número 1 de Beslán y se atrincheró con 1.127 rehenes, en su mayoría mujeres y escolares. Tras 52 horas de secuestro una explosión en el interior de la escuela (accidental, según la versión oficial) desencadenó una confusa operación de rescate en la que murieron 318 rehenes, 3 socorristas y 10 agentes del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB). Dos víctimas más murieron posteriormente en distintas fechas.

Familiares de las víctimas mantienen que el detonante de la improvisada operación fue el lanzallamas utilizado por las fuerzas de seguridad, que apostaron desde un principio por la violencia como única solución para la crisis de rehenes. La Voz de Beslán exige que se procese "por incompetencia criminal" a los miembros del gabinete de crisis creado para afrontar el secuestro.

"Tenían que haber negociado con los secuestradores. Eso de que con los terroristas no se habla, no vale cuando hablamos de niños", señaló Kesáyeva. La comisión interparlamentaria que investiga la matanza ha sido incapaz de emitir un informe definitivo sobre las circunstancias que rodearon el trágico desenlace del secuestro. Uno de los miembros de la comisión, el diputado Yuri Savielev, presentó esta semana un informe alternativo sobre la matanza en el que aporta datos que contradicen la versión oficial, como la participación de casi 70 terroristas en la operación se secuestro.

Según el informe de 700 páginas, que se cimenta en fotos, videos y declaraciones de testigos, la policía de la república vecina de Chechenia conocía los planes de la guerrilla de secuestrar una escuela con tres horas de antelación, pero no alertaron a las autoridades norosetas. Al parecer, en la madrugada del primero de septiembre la policía de la localidad chechena de Shali interrogó a un rebelde que reveló los planes del comandante de la guerrilla chechena, Shamil Basáyev, abatido por las fuerzas de seguridad rusas en julio pasado.

Además, Savielev, expertos en explosivos, mantiene que un gran número de rehenes murieron a manos de los proyectiles disparados por las fuerzas de seguridad rusas, mientras otro centenar murió en el fuego cruzado al abandonar el gimnasio de la escuela.

El presidente de Osetia del Norte, Taimuraz Mámsurov, respaldó a las madres de Beslán al pedir una nueva investigación sobre lo ocurrido, ya que las habidas hasta ahora no fueron "ni imparciales ni ecuánimes". Mámsurov, cuyos hijos resultaron heridos en la matanza, manifestó que "no entiende" como se puede asaltar una escuela al tiempo que se entablan conversaciones con los guerrilleros.

El pasado 16 de agosto murió la víctima número 333 de los rehenes de la escuela, una mujer de 66 años que había quedado paralítica debido a la metralla. Según una encuesta del Instituto Levada, sólo un 5 por ciento de los rusos cree que las autoridades han dicho toda la verdad sobre la matanza, un 28 por ciento considera que mienten, mientras un 50 cree que sólo han contado un parte de lo ocurrido.

Fuente: EFE