A más de dos meses del chico que murió luego de prenderse fuego en una celda del Instituto de Recuperación del Adolescente de Rosario (Irar) y destapó el colapso de ese centro de detención de menores, desde la provincia aseguran que el lugar esta “normalizado” y los 39 chicos que se encuentran en la actualidad están bien atendidos.

Así lo aseguraron los responsables del área luego de realizar una recorrida por el lugar junto a funcionarios nacionales de la Dirección del Menor y la Infancia. "Se está llevando adelante un intenso trabajo de recuperación progresiva por medio de la rehabilitación de servicios que ofrece la institución, en acuerdo con los jueces de Menores y las autoridades nacionales", destacó el secretario de Gobierno de Santa Fe, Walter Gálvez.

Sin embargo, Antonio Tesolini, de la Coordinadora de Trabajo Carcelario (CTC), aseguró a Rosario3.com que “ahora pusieron agua caliente y dejan salir los pibes al patio, pero la  situación no ha cambiado en lo estructural”.

Y agregó: “Hay algunos avances que tienen que ver con los reclamos que hacen los chicos todas las semanas, pero todavía hay serias irregularidades: los chicos tienen clase una vez por semana y todavía hay menores de 15 años”.

El encuentro entre funcionarios provinciales y de la Nación especialistas forma parte del proceso de intervención por 90 días del lugar que dictó el gobierno provincial y que finaliza el 24 de julio (aunque podría disponerse una prórroga). Quienes participan además de ese proceso son también los distintos juzgados de menores, desde donde se criticó muy duro al gobierno en las semanas de las crisis.

El juez Juan José Carmona confirmó a Rosario3.com que “todas las semanas” se supervisa la evolución y que si bien aún no es un centro en “óptimas condiciones, la situación ha mejorado”.

“Esto no se ha terminado, y las autoridades lo saben y lo reconocen, por eso estamos trabajando y esto debe continuar en una mesa de trabajo conjunta”, agregó. Luego, puntualizó: “Falta capacitar personal técnico, armar talleres y espacios de recreación”.

Para el secretario Gálvez, los avances son muchos en el Irar "luego del colapso que sufrió y que actualmente se encuentra bajo la custodia del Servicio Penitenciario de la provincia, por el lapso de 90 días, según se dispuso mediante un decreto del gobernador y cuyo vencimiento se operará el 24 de julio próximo".

“Nosotros nunca estuvimos de acuerdo con la intervención”, dijo por su parte el integrante de la organización que trabaja con los menores detenidos. “Es necesario que la provincia tenga una política de Estado y no seguir con parches. Si fuese funcionario me daría vergüenza plantear como un logro que se arreglaron los calefones”, agregó Tesolini.

Las mejoras (y las dudas)

El alcaide mayor Jiménez señaló que "se han concretado  las obras de normalización de provisión de agua, gas, reparación de termotanques, reparación de la calefacción central, del sistema de iluminación y del grupo electrógeno. También se llevaron adelante trabajos de mantenimiento general, y realización de un sistema   cloacal complementario”.

“Hay mejoras básicas, pero falta mucho y no es cierto que la calefacción central funcione”, criticó por su parte Tesolini. “Y sigue sin haber talleres o espacios de recreación para los chicos”, agregó.

En cambio, el funcionario del instituto precisó que además de la escuela primaria “se ha estado trabajando para implementar una serie de talleres, aunque vale puntualizar que ya está funcionando uno de fotografía, al que se sumará a la brevedad otro de mantenimiento de la vivienda, donde los educandos tomarán conocimientos de albañilería, electricidad y carpintería”.

El plan del gobierno

Según un comunicado que difundió la provincia, la primera etapa del programa de recuperación del Irar –trabajo que se realiza junto a la Dirección Nacional del Menor y al personal técnico de los juzgados de Menores locales- tendrá que ver con la incorporación de profesionales para la atención de los chicos y de sus familias.

“La segunda fase tendrá que ver con la capacitación de los operadores, pasando de personal que cumplía distintas funciones a operadores vivenciales, en un número pequeño, quienes estarán acompañados de una guardia específica  capacitada con la problemática que nos ocupa", explicó Gálvez.

Por su parte, Gustavo Herrero, perteneciente al Programa Nacional de Justicia de la Secretaría Nacional  de Niñez, Adolescencia y Familia, señalí que "aquí el sistema está controlado por el Servicio Penitenciario, mientras que nosotros trabajamos en función de personal civil" y para modificar eso “trabajaremos para ir incorporando personal civil, en reemplazo de los efectivos del Servicio Penitenciario, para que controlen la privación de la libertad de los menores".